Sonríes sin darte cuenta al caminar bajo cohetes gigantes en Kennedy Space Center, probar el simulador de lanzamiento, tocar una roca lunar real y escuchar historias de guías expertos en la historia de la NASA. Con transporte desde Orlando o Kissimmee y tiempo para explorar a tu ritmo, no es un día más en un museo, es una experiencia que recordarás siempre.
Confieso que casi me rindo cuando sonó la alarma a las 6am, pero la idea de ver cohetes de cerca en Florida me puso en marcha. Nuestro guía-chófer bromeó con el “café espacial” mientras salíamos de Orlando, y sus consejos sobre qué no perderse en el Kennedy Space Center fueron súper útiles (sobre todo porque soy un desastre con la orientación). El viaje fue tranquilo, solo un poco de ese aire húmedo de pantano se coló cuando alguien abrió la ventana cerca de Kissimmee. Es curioso cómo aquí se nota el cambio de olor entre la ciudad y la costa.
Al entrar al complejo, me invadió una mezcla rara de emoción y nostalgia, tal vez por esas pantallas antiguas de control de misión y los niños corriendo como astronautas. Nos unimos a un grupo pequeño para el tour por el jardín de cohetes (me trabé con el nombre de uno, pero Li, nuestro guía, solo sonrió). Tocar una roca lunar de verdad fue mucho más impresionante de lo que imaginaba — está más fría de lo que uno piensa. La palabra clave aquí es excursión de un día al Kennedy Space Center desde Orlando, pero en realidad no se siente como un tour cualquiera. Hay un murmullo constante — familias hablando en español e inglés, anuncios que rebotan en el metal.
¿La experiencia del lanzamiento del transbordador? Pensé que sería cursi, pero no — sentí un vuelco en el estómago cuando despegó. Luego fuimos a ver a Atlantis suspendida en el aire, casi irreal con sus baldosas térmicas gastadas por el espacio. Sesenta exhibiciones interactivas para perderse horas; yo me quedé atrapado veinte minutos intentando acoplar una cápsula virtual (nada fácil). Si te gusta la historia, Heroes & Legends vale la pena. Ver trajes de vuelo antiguos y escuchar relatos de astronautas reales me dejó con ganas de hacer mil preguntas.
Ya por la tarde, algunos se fueron a dar un paseo en airboat por el río St. Johns — dicen que hay caimanes (yo lo dejé pasar esta vez, tal vez la próxima). De regreso, el guía preguntó cuál fue el momento favorito de cada uno. Yo dije tocar la roca lunar, pero la verdad creo que fue estar bajo el cohete Saturn V, sintiéndome pequeño y con una extraña esperanza. A veces todavía pienso en esa vista.
Normalmente se tarda alrededor de una hora en vehículo con aire acondicionado desde Orlando o Kissimmee hasta el Kennedy Space Center.
Sí, la entrada está incluida salvo que elijas solo la opción de transporte.
Puedes visitar el Jardín de Cohetes, la exhibición del transbordador Atlantis con pantallas interactivas, el Salón de la Fama Heroes & Legends y hacer el tour en bus NASA por áreas restringidas.
No, el paquete estándar no incluye comidas; hay snacks disponibles para comprar dentro del complejo.
El tour incluye recogida en puntos de encuentro designados en Orlando y Kissimmee.
Sí, la mayoría de los vehículos son accesibles, pero contacta antes si necesitas un vehículo con rampa o elevador, ya que no todos los tienen.
Sí, puedes agregar opciones como un paseo en airboat de 30 minutos por el río St. Johns o participar en el programa “Charla con un astronauta” con snacks y preguntas.
Tendrás la mayor parte del día para explorar, normalmente varias horas dentro antes de regresar por la tarde.
Tu día incluye transporte ida y vuelta en vehículo con aire acondicionado desde puntos de encuentro en Orlando o Kissimmee (con opciones para silla de ruedas si es necesario), entradas al Kennedy Space Center salvo que reserves solo transporte, impuestos y tasas incluidos para evitar sorpresas, además de consejos y datos de tu guía experto durante la visita — y también un boleto para el I-Ride Trolley si quieres seguir explorando después.
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