Remarás por el lago Mendenhall con un guía local, sintiendo el viento helado del glaciar y avistando fauna en acantilados boscosos. Acércate al hielo azul brillante en la cara del glaciar y luego caliéntate con bebidas calientes en la canoa. Incluye transporte ida y vuelta desde los muelles de cruceros de Juneau y todo el equipo impermeable—solo trae tu espíritu aventurero.
Nos calzamos las botas al borde del Bosque Nacional Tongass, las chaquetas impermeables crujían mientras intentábamos no parecer torpes con todo el equipo. El trayecto en furgoneta desde los muelles de cruceros de Juneau duró solo media hora, pero parecía que habíamos entrado en otro mundo: árboles cubiertos de musgo, un aire tan limpio que casi sabía dulce. Nuestra guía, Jen, repartió guantes y bromeó sobre el “verano en Alaska”, que es básicamente cuatro tipos de lluvia. Sonreí a mi amigo; hacía años que ninguno de los dos remaba en canoa.
Empezar a remar en el lago Mendenhall fue más silencioso de lo que esperaba. El agua apenas hacía ruido contra el casco, solo un suave chapoteo cada vez que alguien metía mal el remo (casi siempre yo). Íbamos en fila detrás de la canoa de Jen, girando la cabeza cada vez que señalaba algo: puntos blancos en los acantilados (cabras montesas), un destello de alas arriba (charranes árticos). Hubo un momento en que dejó de hablar y nos dejó escuchar: el viento directo del glaciar, tan frío que te pellizcaba las mejillas. No podía dejar de pensar en lo distinto que se siente estar tan cerca, no solo verlo de lejos. A veces parecía que el hielo crujía, o tal vez era mi imaginación.
No esperaba acercarme tanto al hielo azul. Jen nos llevó hacia unas grietas salvajes cerca de la base del glaciar Mendenhall, y por un segundo olvidé que tenía los dedos congelados. Ese color no se puede fotografiar bien, casi brilla bajo el cielo gris. Alguien preguntó si podíamos tocarlo; Jen se rió y dijo que solo si queríamos nadar (gracias, pero no). Luego nos juntamos para tomar bebidas calientes—mi chocolate supo mejor que nunca con las manos heladas—y flotamos un rato en silencio, sin muchas palabras.
El regreso en canoa fue más rápido, tal vez porque ya teníamos hambre o simplemente estábamos en calma tras la experiencia. Cada vez que veo hielo en mi congelador, pienso en esa vista; ni se compara, ¿sabes?
El tour dura entre 3.5 y 4 horas en total, incluyendo transporte y unas 2 horas remando en el lago Mendenhall.
Sí, el transporte ida y vuelta está incluido desde los muelles de cruceros en Juneau.
No, esta experiencia es solo en canoa sobre el lago Mendenhall, sin caminatas.
Te proporcionamos chaqueta impermeable, pantalones, botas y guantes; solo lleva ropa abrigada debajo.
Incluye agua embotellada, snacks y una bebida caliente mientras estás en el lago.
Podrás ver cabras montesas en los acantilados y charranes árticos volando; otros animales pueden aparecer, pero no están garantizados.
La edad mínima es 12 años; el peso debe estar entre 40 kg y 110 kg.
Se necesita usar bien las extremidades para remar hasta dos horas; se recomienda buena condición física.
Tu día incluye transporte ida y vuelta desde los muelles de cruceros de Juneau hasta el Bosque Nacional Tongass, todo el equipo impermeable—chaqueta, pantalones, botas y guantes—una remada guiada por el lago Mendenhall con instrucciones de seguridad y relatos durante el camino, además de agua embotellada, snacks y una bebida caliente servida en la canoa antes de regresar a la ciudad.
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