Te recogerán justo en el aeropuerto de Jackson Hole un conductor local que conoce bien la zona, con espacio de sobra para tu equipo—sin estrés ni filas para taxis.
Al bajar del avión en el aeropuerto de Jackson Hole, vi mi nombre en un cartel antes de llegar a la zona de equipajes. El aire se sentía fresco, con un toque a pino, y se escuchaba el suave murmullo de un puesto de espresso cercano. Mi conductor, Mike, me saludó con un gesto rápido y me ayudó con la bolsa de esquís, que entró sin problema en el portaequipajes del SUV (la verdad, fue un alivio no tener que forcejear con el maletero esta vez).
El viaje fue muy tranquilo, sin charlas incómodas a menos que quisieras. Mike me señaló los arcos hechos con astas de alce mientras cruzábamos el pueblo, y alcancé a ver las montañas Tetons asomándose entre las nubes bajas. Si llegas tarde, como me pasó a mí, es reconfortante saber que alguien te espera, incluso si el vuelo se retrasa. Solo le envié un mensaje al aterrizar y ya estaba allí. Todo fue sencillo y relajado, justo lo que necesitas después de un vuelo largo.
Claro, todos los SUVs tienen portaequipajes para esquís y snowboards. Solo avísanos con anticipación.
Tu conductor sigue el estado de tu vuelo y espera hasta una hora para vuelos internacionales. Solo llama o envía un mensaje cuando aterrices.
No se incluyen asientos para niños, así que trae el tuyo si lo necesitas (es obligatorio por ley para menores de 8 años).
Tu conductor te estará esperando abajo de la escalera mecánica en la zona de equipajes con un cartel con tu nombre.
Tu traslado privado de ida incluye todos los impuestos, recargos por combustible y tarifas fuera del aeropuerto. Se aceptan animales de servicio y puedes pedir recibos. Cada viajero puede llevar una maleta y un bolso pequeño; consulta por equipaje extra o artículos especiales antes de reservar.
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