Comienza el día tomando fotos bajo luces de neón, recorre arte en el desierto y maravíllate con la Presa Hoover. Tras el almuerzo, pasa horas en el Gran Cañón West—quizá te atrevas al Skywalk o simplemente disfrutes las vistas—y regresa por el Strip iluminado al caer la noche.
No creía que me importaría mucho el cartel de “Welcome to Fabulous Las Vegas”, pero nuestro guía (¿Mike? ¿Mark? Debería haberlo anotado) nos hizo reír a todos intentando sacar la foto perfecta del grupo. Hay algo especial en estar ahí a primera hora, medio dormidos con desconocidos que pronto dejarán de serlo. Volvimos a la van — solo éramos ocho — y salimos del Strip antes de que la mayoría terminara su café.
Las 7 Magic Mountains fueron... bueno, más brillantes de lo que imaginaba. Rocas de neón apiladas en medio de la nada, con un silencio raro del desierto interrumpido solo por un par de niños riendo y un teléfono sonando demasiado alto. El aire olía a polvo dulce y de alguna manera terminé con pintura en la mano. Después seguimos rumbo a la Presa Hoover. El mirador del Memorial Bridge está más alto de lo que parece en las fotos — el viento nos azotaba mientras el guía señalaba cómo Nevada y Arizona se dividen justo en medio. Caminar por la presa fue imponente y a la vez extraño, tranquilo; hubo un momento en que me detuve solo a escuchar el agua muy abajo, olvidándome de todo por un instante.
El almuerzo fue sencillo — un sándwich en caja, nada lujoso — pero honestamente se agradeció después de tanto caminar. El viaje hasta Gran Cañón West duró más de lo que esperaba (el paisaje hipnotiza), pero llegar a Eagle Point me hizo olvidar cualquier cansancio. Puedes hacer el Skywalk si te animas (yo no me atreví), o simplemente quedarte mirando ese espacio infinito mientras gente de la tribu Hualapai cuenta sus historias cerca. En Guano Point subí por un sendero rocoso para una vista que a veces me viene a la mente cuando el ruido en casa se vuelve demasiado.
De regreso por el Strip de Las Vegas, todo se veía distinto — luces por todas partes, gente llenando las aceras como si fuera mediodía y no de noche. Nos dejaron en el hotel cansados pero felices, con el móvil lleno de fotos que probablemente nunca imprimiremos pero que no podíamos dejar de revisar.
El tour dura todo el día, generalmente desde temprano en la mañana hasta alrededor de las 6:30-7:00 PM cuando te dejan en el hotel.
Sí, incluye un almuerzo en caja (sándwich o ensalada) durante una parada a mediodía.
La recogida y regreso al hotel están incluidos para hoteles seleccionados en el Strip; los detalles exactos se confirman después de reservar.
Sí, tendrás unos 40 minutos para cruzar la presa a tu ritmo y visitar miradores con el guía.
Las entradas para Gran Cañón West están incluidas en el precio del tour.
Puedes agregar entradas para el Skywalk o un pase All-Access con tirolesa al reservar o en el lugar si hay disponibilidad.
Es un tour en grupo pequeño, con transporte en una van Sprinter para 14 personas — normalmente menos de 14 por salida.
Sí, hay paradas programadas, incluyendo una antes de regresar del Gran Cañón West a Las Vegas.
Tu día incluye recogida y regreso en hoteles seleccionados de Las Vegas, entradas para Gran Cañón West con tiempo en Eagle Point y Guano Point, agua embotellada y snacks durante el viaje, almuerzo en caja (sándwich o ensalada), transporte en grupo pequeño en una cómoda van Sprinter con espacio para estirarte, y la guía de un experto local que te ayuda a disfrutar cada parada sin estrés — para que solo te concentres en vivir la experiencia antes de regresar por el Strip iluminado de noche.
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