Recorre los barrios más antiguos de Galveston con un guía local que conoce cada mansión embrujada y sus secretos. Escucha las fiestas fantasmales de Betty Brown en Ashton Villa, detente frente a casas con encuentros paranormales reales y siente escalofríos en lugares como Normandy Inn. No es solo miedo, es risas, silencios extraños y momentos que recordarás mucho después.
¿Alguna vez te has preguntado si en un tour de fantasmas realmente sentirías algo o si solo son cuentos? Yo sí. Pero ahí estábamos, en Galveston, frente a Ashton Villa mientras el sol se escondía tras esos viejos portones de hierro. Nuestro guía —un local con sonrisa fácil— empezó a contarnos sobre Betty Brown. Señaló una ventana donde dicen que la han visto, vestida de turquesa y con un abanico, intentando brillar más que los vivos. Te juro que por un momento el aire se sintió más frío justo ahí. Quizá fue solo la brisa marina, o no; no digo que crea en fantasmas, pero dejé de bromear sobre ellos esa noche.
De mansión en mansión caminamos bajo enormes robles que crujían cuando soplaba el viento. Las casas parecían demasiado bonitas para las historias oscuras que escuchamos: asesinatos, secretos, e incluso una serie de Netflix filmada en una de ellas (creo que nuestro guía estaba orgulloso de eso). En una parada nos habló de Olga Samaroff y cómo aún se escucha su piano a altas horas. Alguien del grupo quiso asomarse por una ventana y se asustó con su propio reflejo. Eso nos hizo reír a todos, hasta al guía.
Para mí, lo más extraño fue el Normandy Inn. La historia del niño que saltó por una ventana porque “algo malo iba a matarme” no me la esperaba. Hay una sensación pesada en ese lugar; solo pasar por ahí me puso la piel de gallina. El grupo se quedó en silencio, salvo un niño que susurró algo de portales y luego no soltó la mano de su mamá.
Sigo pensando en ese último hotel, donde una dama habla con los huéspedes y desaparece al amanecer. Es curioso cómo recorres estas calles esperando sustos tontos y terminas más intrigado que asustado. Tal vez sea Galveston de noche: aire húmedo, olor a sal por todos lados y cuentos que parecen pertenecer aquí.
El recorrido a pie dura aproximadamente 1 hora y media.
Hay estacionamiento limitado y también opciones gratuitas en la calle cerca del punto de inicio.
Sí, todas las edades son bienvenidas y los bebés o niños pequeños pueden ir en cochecitos o carriolas.
Sí, todas las áreas y caminos son accesibles para sillas de ruedas y se permiten animales de servicio.
Sí, visitarás sitios como Ashton Villa y Normandy Inn, conocidos por sus historias de fantasmas.
Un guía local lleva a cada grupo por los barrios históricos compartiendo historias reales del pasado de Galveston.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del lugar donde comienza el recorrido.
Tu noche incluye un tour guiado a pie por los barrios históricos de Galveston con paradas en mansiones embrujadas y sitios famosos; hay estacionamiento limitado y opciones gratuitas cerca; todas las rutas son accesibles para sillas de ruedas, así que todos pueden participar cómodamente, incluso familias con cochecitos o viajeros con animales de servicio.
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