Sube a bordo en Fort Lauderdale con tus snacks y bebidas (BYOB), navega junto a mega-yates y mansiones frente al mar mientras guías locales cuentan historias, y baila bajo las luces del centro. Risas fáciles con la tripulación, música para mover el cuerpo y un atardecer que recordarás.
Casi pierdo el muelle porque me di vueltas en el estacionamiento — típico de mí. Se olía un leve aroma a bloqueador solar, y una pareja detrás de mí ya se reía por haber olvidado el hielo. El capitán nos saludó como si nos conociera de toda la vida, y la verdad eso marcó el ambiente. Todos subimos medio torpes, con las neveras chocando, sin saber si terminaríamos bailando o solo mirando los yates (spoiler: hicimos las dos cosas).
El guía empezó a señalar esas mansiones impresionantes junto al agua — de esas que solo ves en películas o en Zillow cuando estás aburrido. Tenía historias para cada casa (“esa la tiene alguien que inventó un snack famoso,” guiñó), pero nunca sonaba ensayado. El sol bajaba y todo se volvió dorado por un rato. Alguien puso los pies en el banco y pasaron unas papas; nadie se preocupó por las migas. La música sonaba suave desde un altavoz escondido, justo en el punto perfecto.
Pasamos por Las Olas Boulevard, donde la gente saludaba desde sus balcones como si formaran parte de un desfile secreto. La ciudad se veía diferente desde el agua — más relajada, ¿no? Hubo un momento en que todos callaron para ver pasar un yate, con sus luces encendiéndose mientras caía el crepúsculo. Intenté sacar una foto pero mi móvil solo captó borrones y risas. Ya de noche, la tripulación subió la música y sí, la gente bailó — incluso yo (más o menos). No esperaba sentirme tan cómodo con desconocidos.
¿Lo mejor? Nada de filas en el bar ni bebidas caras — solo lo que trajiste, frío en la nevera compartida. Alguien me sirvió algo cítrico y brindamos por “no perder el barco.” Sigo pensando en esa vista hacia el centro, reflejos de neón en el río, caras medio iluminadas y felices sin razón aparente.
Sí, es BYOB — puedes traer comida y bebida (sin botellas de vidrio). Hay nevera a bordo.
No, el tour de las 7pm no tiene paradas para nadar; los tours diurnos sí ofrecen baños en bancos de arena.
El tour sale de un muelle en el centro de Fort Lauderdale; llega 30 minutos antes para estacionar y ubicarlo.
Sí, suena música para fiesta todo el tiempo y se anima a bailar cuando cae la noche a lo largo del New River en el centro.
Sí, se permiten bebés y niños pequeños; los cochecitos son bienvenidos a bordo.
Sí, hay un baño a bordo para comodidad de los pasajeros.
Verás yates de lujo, mansiones frente al mar cerca de Las Olas Isles y Boulevard, vistas del skyline del centro y zonas activas del puerto.
Tu paseo incluye embarque en el centro de Fort Lauderdale con agua embotellada; trae tu propia comida y bebida para mantener en la nevera compartida mientras suena música para fiesta. Una tripulación local amable te guía junto a mega-yates y luces de la ciudad — además hay baño a bordo si lo necesitas antes de regresar a tierra.
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