Saldrás directo a los famosos canales de Fort Lauderdale en tu jet ski, deslizándote entre mega yates y mansiones frente al agua mientras sientes cada salpicadura y brisa. Incluye introducción rápida de seguridad, personal amable y la oportunidad de ver “La Venecia de América” desde otro punto de vista—además te toman una foto si quieres tener prueba de la aventura.
Metí mi mochila en la bolsa impermeable que me dieron y traté de lucir tranquilo mientras me abrochaba el chaleco salvavidas, aunque seguro se me notaba el nervio. El chico que lleva el alquiler de jet skis—creo que se llama Marcus—sonrió como si ya hubiera visto de todo. Nos explicó rápido pero claro las normas de seguridad, señalando dónde empiezan las zonas de velocidad y advirtiendo sobre los fines de semana de velocidad reducida (la verdad, al principio no me molestó ir despacio; las manos ya me temblaban un poco). El aire olía a mezcla de agua salada y protector solar.
Al salir del muelle, ese primer acelerón me pegó más fuerte de lo que esperaba. Entramos en el intracoastal de Fort Lauderdale y enseguida pasamos por esos yates enormes, como palacios flotantes. En uno había hasta un helicóptero. Nuestro guía saludó a unas personas que tomaban el sol en su terraza; ellos respondieron como si fuera lo más normal del mundo. El agua golpeaba suave bajo nosotros y por un momento pensé en lo loco que es estar tan cerca de tanta riqueza mientras paseas en un jet ski. Una sensación casi irreal.
Nos quedamos casi todo el tiempo en el tramo de tres millas que Marcus nos marcó, zigzagueando entre mansiones con palmeras que caían sobre muelles privados. En un momento intenté pronunciar el nombre de una calle (¿Las Olas? Todavía no lo tengo claro) y lo arruiné por completo—mi amigo se rió tanto que casi nos caemos del jet ski. Hay una mezcla de rugido del motor y silencio cuando te detienes para sacar fotos (ellos te toman una si quieres), junto con esa sensación del plástico mojado en la mano. No es exactamente tranquilo, pero tiene algo liberador—todavía recuerdo esa vista hacia el centro con todos esos barcos brillando al sol.
El alquiler dura 1 hora y recorre unas 3 millas por los canales intracoastal.
Si naciste a partir del 1 de enero de 1988, debes hacer un test de navegación antes del check-in (te enviarán el enlace tras reservar).
Sí, hasta el 1 de abril de 2025 los fines de semana son zonas de velocidad lenta, salvo que llames directo para opciones rápidas.
Debes tener al menos 18 años para alquilar; de 16 a 17 años pueden conducir si un adulto está presente.
Incluye chalecos salvavidas, bolsas impermeables para tus cosas y una foto que te toma el equipo.
El paseo es por el canal intracoastal de Fort Lauderdale, pasando mega yates y mansiones frente al mar.
Sí, pero el peso máximo para dos personas es 350 libras; para uno solo, 290 libras.
Tu hora incluye preparación de seguridad con el personal local antes de salir solo en tu jet ski por el intracoastal de Fort Lauderdale, rodeado de yates. Te darán chalecos salvavidas y bolsas impermeables para que nada se moje, y alguien del equipo te tomará una foto si quieres tener prueba de tu aventura.
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