Únete a un grupo pequeño para un tranquilo paseo en barco por las 10,000 Islas de los Everglades con un guía experto en vida salvaje. Observa delfines nadar cerca, avista manatíes entre manglares y descubre aves raras en vuelo, mientras aprendes los secretos de este ecosistema único. La Florida más auténtica y en calma.
Para ser sincero, no esperaba que los Everglades olieran tan verde. No solo plantas, sino una mezcla de tierra mojada y sal, justo al partir desde el pequeño muelle cerca de Chokoloskee. Nuestro guía, Mark (uno de esos Master Naturalists de Florida que realmente ama lo que hace), nos pasó binoculares y sonrió como si supiera algo que nosotros no. Éramos solo cuatro en el barco esa mañana, más Mark, lo que al principio se sintió un poco raro, pero resultó perfecto porque podías hacer preguntas sin sentirte incómodo.
El motor era silencioso, mucho más de lo que imaginaba, y tras unos minutos navegando por esos túneles de manglares, todo quedó en calma salvo el chapoteo del agua contra el casco. Mark señaló un nido de águila pescadora (casi lo paso por alto; parecía un montón de ramas hasta que lo miras bien). De repente, aparecieron delfines justo al frente del barco: dos adultos y lo que parecía un bebé. El sonido que hacen al respirar es más fuerte de lo que creía; casi me asustó. Intenté sacar una foto, pero al final solo me quedé mirando. A veces se olvida que uno debería estar tomando fotos.
Nos adentramos más en la zona de las 10,000 Islas—Mark explicó que la mayoría nunca ve esta parte porque está inundada y no hay senderos. En un momento dejó de hablar a mitad de frase porque vio el hocico de un manatí asomando entre la hierba flotante. Se rió cuando le pregunté si alguna vez se aburren aquí (“No, ni una vez”). El sol jugaba a esconderse entre nubes y a salir con fuerza; recuerdo pensar que mis brazos olerían a bloqueador solar por días. Había tantas aves: garzas acechando en cámara lenta, pelícanos aterrizando torpemente en el agua, y hasta un destello rosa de un espátula si mirabas rápido.
Sigo pensando en ese silencio entre avistamientos—ese momento en que solo escuchas tu respiración y empiezas a preguntarte cuántos años tendrán esos manglares o cómo sería vivir aquí todo el año. No es algo llamativo ni ruidoso; simplemente te envuelve mientras esperas que aparezca algo salvaje.
El tour dura aproximadamente dos horas de principio a fin.
Sí, pueden participar bebés y niños pequeños; se permiten cochecitos y los bebés deben ir en el regazo de un adulto.
No, es un paseo en barco silencioso; los aerodeslizadores no están permitidos en esta zona del parque.
Podrás ver delfines, manatíes, tortugas marinas, águilas calvas, águilas pescadoras, garzas, garcetas, pelícanos, espátulas, peces y otras aves costeras.
Los tours están limitados a seis personas para una experiencia más íntima.
Sí, cada salida la lidera un Florida Master Naturalist certificado.
Se recomienda hacer el tour por la mañana de junio a octubre por las condiciones climáticas.
Tu día incluye dos horas en un barco pequeño con asientos cómodos, guiado por un experimentado Florida Master Naturalist. Te prestarán binoculares y tendrás muchas oportunidades para hacer preguntas y ver la fauna de cerca antes de regresar al muelle.
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