Montarás caballos reales con un guía local por los senderos tranquilos del Este de Zion antes de explorar a pie un hermoso slot canyon—sin aglomeraciones ni prisas turísticas. Prepárate para el aire frío en otoño o invierno y para recibir ayuda amable si eres principiante. El silencio de esas paredes te quedará grabado mucho después de que tus botas vuelvan a llenarse de polvo.
Lo primero que me pasó fue que casi se me vuela el sombrero mientras montábamos en las caballerizas del Este de Zion. El viento estaba más frío de lo que esperaba—debería haber hecho caso y traído guantes. Nuestro guía, Josh, me pasó un par que llevaba en su mochila (creo que eran de repuesto) y me dijo que no me preocupara por ser principiante. Nos presentó a los caballos—el mío se llamaba Daisy, y parecía más interesado en olfatear mi chaqueta que en otra cosa. Los caballos se veían muy bien cuidados, y Josh revisó cada cincha dos veces antes de partir.
El sendero empezó suave, solo el crujir bajo los cascos con ese olor seco tan típico de Utah—una mezcla de polvo y agujas de pino. Al frente se veía White Mountain, pálida contra el cielo. No había multitudes, solo nuestro pequeño grupo y algún halcón volando arriba. Josh señaló unas marcas en las paredes de roca donde el agua había tallado con los años; dijo que estos slot canyons son la razón por la que la gente viene a Zion, pero este se mantiene tranquilo porque está lejos del tráfico principal del parque. Esa parte me gustó más de lo que esperaba.
Después de unos 25 minutos (perdí la cuenta), dejamos los caballos atados junto a unos arbustos y entramos caminando al slot canyon. El aire cambió al instante—más fresco, casi con eco entre las paredes de piedra—y se olía la tierra húmeda aunque no había llovido en días. Había algunos lugares donde había que pasar de lado o trepar sobre rocas lisas; nada extremo, pero suficiente para sentir que te lo habías ganado. Alguien resbaló (esta vez no fui yo), y todos nos reímos, menos Daisy que esperaba pacientemente afuera masticando algo. De regreso no paraba de pensar en lo silencioso que era todo—sin coches, sin multitudes—solo el sonido de los cascos y nuestras voces rebotando entre esas paredes estrechas.
Sí, el límite estricto es de 100 kg para todos los participantes.
No hace falta experiencia; en las caballerizas te darán una breve clase antes de empezar.
Montarás unos 25 minutos en cada dirección y luego caminarás por el slot canyon tras desmontar.
Sí, guías locales acompañan tanto el paseo a caballo como la caminata por el cañón.
Lleva gorro, guantes y abrigo; es importante vestirse en capas por el frío.
No se recomienda para embarazadas ni para quienes tengan problemas de columna o cardiovasculares.
Sí, el operador incluye todos los caballos y el equipo necesario para la actividad.
Tu día incluye todos los caballos y el equipo necesario para montar, además de la guía de expertos locales durante el paseo y la caminata por el cañón—solo tienes que llegar listo para montar (y quizá traer tus propios guantes si hace frío).
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