Recorré los rincones más famosos de Central Park en pedicab con un guía local que conoce cada atajo y anécdota. Paradas para fotos en Bethesda Fountain y Strawberry Fields, además de historias curiosas durante el camino. Un plan relajado pero lleno de energía, ideal para ver más sin apuros y descubrir esos detalles que solo los locales conocen.
Confieso que reservé el tour en pedicab por Central Park porque ya tenía los pies cansados tras dos días en Nueva York, pero resultó ser una de esas experiencias que repetiría solo por el placer de observar a la gente. Nuestro conductor, Ahmed, nos recibió cerca de West 57th con una sonrisa enorme y un chiste rápido sobre el tráfico neoyorquino (“Tranquilos, soy más rápido que la mayoría de los taxis”). El asiento fue más cómodo de lo que esperaba, la verdad. Sentís una brisa suave mientras avanzás bajo los árboles, como estar en un columpio en movimiento mientras el ruido de la ciudad queda atrás.
Empezamos en la parte baja de Central Park, donde está toda la acción. Ahmed nos señaló detalles que habría pasado por alto caminando: el antiguo bebedero para caballos en Cherry Hill (ahora una fuente), artistas callejeros afinando sus instrumentos cerca de Literary Walk (un tipo tocaba canciones de los Beatles, ideal porque luego paramos en Strawberry Fields). Nos contó la historia de la estatua de Balto y cómo los niños todavía se suben a ella todos los días. En Bethesda Fountain se ofreció a sacarnos una foto; normalmente no me gusta pedirle a extraños que me tomen fotos, pero él lo hizo antes de que pudiera decir que no. La luz reflejándose en el agua hizo que todo se sintiera más suave que el típico ritmo neoyorquino.
No esperaba aprender tanta historia curiosa, como que Tavern on the Green fue un corral de ovejas o que los caballos del carrusel están tallados a mano desde hace décadas. Bajamos en Strawberry Fields y, aunque había gente por todos lados, se sentía un silencio especial; alguien había dejado flores frescas sobre el mosaico “Imagine”. Es curioso lo tranquilo que se siente ese rincón en medio de tanto movimiento. Ah, y para que sepas: las paradas para bajarse dependen de la duración del tour que elijas (nosotros hicimos 55 minutos), así que no es solo pedalear sin parar, sino que podés estirar las piernas y ver de cerca.
Cuando volvimos hacia Sheep Meadow, ya no me preocupaba por horarios ni multitudes. La ciudad se veía distinta desde ese asiento, más suave o simplemente más pausada, pero para bien. Ahora, cuando escucho música de carrusel en otro lugar, mi mente vuelve a ese paseo entre filas de olmos y niños riendo. No sé si es nostalgia o la buena narración de Ahmed, pero esa sensación se quedó conmigo.
Podés elegir entre tours de 35 minutos (sin paradas), 55 minutos (con 3 paradas) o 85 minutos (con 5 paradas).
Las paradas principales incluyen Bethesda Fountain, Cherry Hill Plaza, Strawberry Fields, Conservatory Water y Ladies Pavilion, según la duración del tour.
No, el tour comienza en la esquina de West 57th Street con 6th Avenue.
Sí, todas las áreas y caminos son accesibles para sillas de ruedas; también se permiten animales de servicio.
Sí, los niños pueden participar; los bebés pueden ir en el regazo de un adulto o en cochecito.
Los tours se cancelan si llueve; te avisarán con dos horas de anticipación y te devolverán el dinero completo si se cancela por mal tiempo.
Cada pedicab lleva hasta tres pasajeros con un peso máximo combinado de 570 libras (260 kg).
No hace falta recibo; solo confirmá tu nombre completo con el conductor asignado al inicio del tour.
Tu día incluye todos los impuestos y tarifas pagados por adelantado; paradas asignadas para fotos o paseos cortos según la duración elegida; conductores locales amables que comparten historias durante el recorrido; flexibilidad para familias con cochecitos o animales de servicio; y comunicación sencilla por mensaje en caso de cambios de último momento por clima o cierres en el parque antes de tu horario.
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