Te acomodarás en un carruaje cálido bajo mantas mientras un guía local te lleva por los rincones más icónicos de Central Park: lugares de películas, estatuas escondidas y sus famosos puentes, con tiempo para fotos e incluso para alimentar al caballo. Es una forma tranquila de descubrir el alma de Nueva York y captar esos pequeños instantes que recordarás siempre.
Lo primero que me llamó la atención fue el sonido: ese constante repiqueteo de cascos contra la piedra al entrar en Central Park. Nuestro conductor, Frank, sonrió al darnos una manta (hacía más frío de lo que esperaba para esa tarde) y luego presentó a nuestro caballo como si fuera un viejo amigo. Se olía el heno y un aroma dulce en su crin. Era una sensación casi atemporal, sentado ahí mientras los taxis amarillos pasaban a toda prisa justo fuera del parque.
Frank señaló el Plaza Hotel de inmediato — “Solo en casa 2”, dijo, y me reí porque se me había olvidado por completo esa escena. Pasamos por la pista Wollman donde los niños patinaban tambaleándose, luego por The Dairy con su decoración de jengibre. Contó historias de cómo su padre empezó este negocio de carruajes en Nueva York tras llegar desde Sicilia. Tenía algo en la voz que me hizo pensar en la familia, ¿sabes? En Cherry Hill paramos para fotos; mi pareja intentó un selfie con Balto pero terminó capturando más bien mi pelo al viento.
No esperaba poder alimentar al caballo — Frank nos dio golosinas y nos enseñó a ofrecer la mano plana (me babeó un poco, pero me hizo reír). La ciudad parecía más tranquila aquí, a pesar de la gente paseando perros o corriendo. Pasamos por Bow Bridge y Strawberry Fields; Frank bajó el ritmo para que pudiéramos escuchar a alguien tocando “Imagine” en una guitarra algo desafinada cerca. Ese momento se me quedó grabado más de lo que imaginaba.
El tour recorre varios puntos clave del parque; la duración varía según la ruta, pero suele durar entre 45 minutos y una hora.
Sí, se proporcionan mantas grandes y calentitas para que estés cómodo en días fríos.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito o silla especial para infantes.
Sí, el transporte y todas las áreas del recorrido son accesibles para sillas de ruedas.
Sí, se incluyen golosinas para que puedas alimentar al caballo tú mismo.
Sí, hay paradas en lugares pintorescos como Cherry Hill y Strawberry Fields para tomar fotos.
Los tours los llevan guías con licencia de una empresa familiar que opera desde 1979.
No, no se menciona recogida en hotel; los tours comienzan en Central Park y hay opciones de transporte público cerca.
Tu paseo incluye narración guiada por un experto local, garantía de bienestar para los caballos, mantas grandes para los días fríos, golosinas para alimentar al caballo, historias entretenidas en el camino, carruajes accesibles para todas las edades y capacidades — incluso para bebés — y muchas paradas para fotos inolvidables antes de volver a sumergirte en la energía de Nueva York.
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