Remarás por los famosos rápidos de Browns Canyon con un guía local que garantiza seguridad y buen humor. Prepárate para salpicaduras frías, almuerzo junto al río en rocas cálidas y relatos de la naturaleza salvaje de Colorado. Al final del día estarás cansado pero con una energía que no olvidarás.
Para ser sincero, casi me echo para atrás al ver el río esa mañana en Buena Vista: una neblina fría flotando sobre el agua, todos peleándonos con los chalecos salvavidas y cascos mientras nuestro guía, Sam, soltaba bromas sobre las “lluvias de Colorado”. Tenía las manos temblando un poco, pero en cuanto nos lanzamos a Browns Canyon, los nervios se transformaron en una mezcla extraña de emoción y concentración. La primera salpicadura me dio justo en la cara—helada, intensa, casi dulce—y no pude evitar reírme. Esa primera descarga te despierta de una forma que ni el café logra.
Sam conocía cada recoveco del río Arkansas como la palma de su mano. Nos señaló unas rocas afiladas que llamaba “la Cremallera” (aún no sé si es el nombre oficial) y nos contó cómo el cañón fue declarado Monumento Nacional hace poco. Remamos con fuerza por rápidos clase III—con nombres como Pinball y Zoom Flume—y entre la adrenalina había momentos de calma donde solo se escuchaban los remos cortando el agua y algún pájaro lejano resonando entre las piedras. En un momento percibí ese aroma a agujas de pino mezclado con barro del río—sinceramente, se quedó conmigo más tiempo del que esperaba.
El almuerzo fue sencillo pero justo lo que necesitábamos: sándwiches, papas fritas y galletas. Comimos sobre rocas lisas bajo el sol mientras Sam nos contaba anécdotas de rafting (jura que una vez rescató a un mapache). Tenía los brazos cansados, pero de esa manera buena, ¿sabes? Como si te hubieras ganado la comida. El grupo se relajó después; alguien intentó lanzar piedras para que saltaran y solo terminó mojándose él mismo.
Los últimos kilómetros pasaron volando—más rápido de lo que quería. Los rápidos parecían más fáciles o quizás simplemente nos habíamos vuelto más valientes juntos. Cuando finalmente salimos de Browns Canyon, empapados y sonriendo como locos, me di cuenta de lo ligero que me sentía. Esa vista del cañón todavía me viene a la mente cuando el ruido de casa se vuelve demasiado.
El tour dura casi todo el día, incluyendo el tiempo para equiparse, remar por Browns Canyon y hacer una pausa para almorzar.
Sí, durante el recorrido se ofrece almuerzo junto al río.
No, no se requiere experiencia; los guías profesionales te acompañan y dan todas las instrucciones.
La edad mínima es de 7 años.
El punto de encuentro es en la oficina de la compañía en Buena Vista, antes de ir al río cercano.
Recomiendan ropa que seque rápido y que sea adecuada para cualquier clima, ya que te mojarás.
No se recomienda para embarazadas ni personas con problemas cardiovasculares o lesiones en la columna.
Tu día incluye encuentro en nuestra oficina en Buena Vista para equiparte con todo lo necesario antes de dirigirte al Monumento Nacional Browns Canyon. Un guía profesional lidera tu balsa por rápidos de nivel moderado, con almuerzo junto al río incluido y regreso por la tarde.
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