Camina por la selva tropical de Maui con un guía local que conoce cada rincón del Camino a Hana. Nada bajo cascadas reales, prueba frutas silvestres recién recogidas y atrévete a saltar desde acantilados si te animas (fotos GoPro incluidas). Es diversión auténtica y embarrada, y esa agua fría se queda contigo mucho tiempo después.
“¿Quieres probar la grande? ¡Sin presión!” Me dijo Keoni, sonriendo desde el borde de una roca cubierta de musgo. Todavía goteaba tras nuestro primer baño — el agua más fría de lo que esperaba, pero no de mala manera, más bien despertaba cada centímetro de mi piel. El Camino a Hana se sentía distinto a pie; podías oler el bambú (con un aroma dulce y fresco), y escuchaba pájaros que no lograba identificar. Nos detuvimos a probar una fruta extraña que Keoni acababa de recoger de una rama — la llamó lilikoi. Ácida como nada. Se rió cuando intenté pronunciarla bien.
La caminata no fue muy difícil, pero había tramos donde había que tener cuidado — raíces por todos lados y las piedras resbalaban por la lluvia de la noche anterior. No era como esos senderos arreglados de casa. En un momento nos quedamos en silencio, solo se oía el sonido del agua más adelante, cada vez más fuerte al avanzar. La primera vista de la cascada estaba casi oculta tras helechos; la luz se colaba en pequeños parches y había un olor a tierra que se me quedó pegado en los zapatos cuando entramos al agua.
No esperaba saltar realmente — las alturas no son lo mío — pero ver a dos chicos del grupo lanzarse primero lo hizo menos intimidante. Keoni nos mostró dónde era lo suficientemente profundo (él saltó primero para dar ejemplo). Y sí, grabaron todo con la GoPro, así que ahora mis amigos tienen prueba de que lo hice. Después flotamos un rato, dejándonos llevar por la corriente mientras alguien repartía trozos de piña que llevaba en la mochila. No sé si era la adrenalina o el aire de Maui, pero todo sabía más intenso.
Cuando regresamos por el sendero (piernas embarradas, el pelo lleno de hojas), nadie hablaba mucho — solo ese cansancio feliz que te hace recordar cómo se siente estar bajo esas cascadas mucho más que el día en que fue.
No, los saltos son opcionales en varios puntos del tour; puedes nadar o simplemente relajarte.
La caminata dura unas 3.5 horas por senderos selváticos cerca de la carretera de Hana.
Sí, la fotografía y video con GoPro están incluidos durante toda la aventura.
Usa ropa cómoda para caminar y lleva traje de baño; una toalla también es recomendable.
No, no incluye almuerzo; lleva snacks o come antes o después del tour.
Si tu grupo es de cuatro o más personas, el tour será privado; grupos más pequeños pueden unirse con otros.
Tu día incluye una caminata guiada por el Camino a Hana con un experto local que comparte historias (y a veces frutas), además de oportunidades seguras para nadar o saltar en varias cascadas. Toda la fotografía y video con GoPro están incluidos — solo trae ganas de mojarte y divertirte entre barro y risas.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?