Únete a un grupo pequeño para un paseo nocturno por los sitios embrujados de Asheville con un guía local que conoce cada historia y detalle extraño. Prepárate para sentir escalofríos frente al edificio Jackson y Grove Arcade, y para momentos tranquilos junto al Thomas Wolfe Memorial donde la historia parece tocarse.
“¿Alguna vez te han dado escalofríos solo por escuchar una historia?” Así nos preguntó la guía mientras nos juntábamos junto al edificio Jackson, y la verdad, a mí sí me pasó. En la acera había un extraño círculo pintado — supuestamente el lugar donde alguien se lanzó, algo que no esperaba escuchar tan de casualidad. El grupo reía nervioso y miraba hacia las ventanas, como esperando ver algo moverse. Yo no podía dejar de notar ese olor húmedo en el aire, como a lluvia sobre piedra, aunque hacía horas que no llovía.
Recorrimos el centro de Asheville, pasando por el Grove Arcade (que de noche parecía mucho menos alegre). Nuestra guía — que creció aquí — nos contó sobre Helen Clevenger y el asesinato en el Battery Park Hotel. Dicen que una neblina roja aparece una vez al año; ella juró que su primo la vio una vez, pero no quiso entrar en detalles. Intenté mirar por una ventana, pero solo vi mi reflejo. Fue como si la ciudad contuviera la respiración por un instante.
Luego visitamos el Thomas Wolfe Memorial, y casi podías imaginarlo escribiendo cuentos de fantasmas a la luz de una vela. La historia de su hermano vagando por esos pasillos me dio más escalofríos que el frío real. En un momento sonó un teléfono y todos saltamos — hasta la guía se rió y dijo “Eso es Thomas saludándonos”. Terminamos cerca de una iglesia donde, según cuentan, el arquitecto está literalmente dentro de la pared (¿enterrado? En serio), y todavía no sé si eso da miedo o es algo poético.
No pensaba mucho en fantasmas antes de este tour, pero ahora cada vez que paso por esos lugares de Asheville de noche, recuerdo esas historias — sobre todo ese momento junto a la ventana de Helen. ¿Sabes cuando algo se te queda grabado para siempre?
Sí, todas las áreas y caminos son accesibles para sillas de ruedas.
El tour implica caminar una distancia moderada; la duración exacta varía, pero planea una salida por la noche.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito; también se permiten animales de servicio.
Sí, escucharás historias frente al Thomas Wolfe Memorial durante el recorrido.
Se recomienda usar zapatos cómodos para caminar y vestirse según el clima.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del centro de Asheville.
Tu noche incluye relatos guiados por un experto local mientras recorres sitios históricos embrujados en el centro de Asheville. Todas las rutas son accesibles para sillas de ruedas o cochecitos, así que todos pueden participar — solo trae tu curiosidad (y quizá una chaqueta extra si refresca).
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