Recorre los paisajes volcánicos de Tenerife con Andy, tu guía local, mientras aprendes sobre geología y tradiciones antiguas. Caminos rocosos, bosques de laurisilva, valles tranquilos y muchas paradas para fotos, además de un picnic con vistas inolvidables.
Salimos de la furgoneta justo después del amanecer — bueno, algunos con más estilo que otros. El aire en el norte de Tenerife era más fresco de lo que esperaba, con un toque terroso y salado a la vez. Andy, nuestro guía que lleva años viviendo aquí, nos repartió bastones de senderismo y sonrió como si supiera algo que nosotros no. “Ya veréis por qué amo esta isla”, dijo, y la verdad, yo ya empezaba a entenderlo. El camino estaba lleno de piedras, con rocas volcánicas todavía negras por erupciones de siglos atrás. Mis botas resbalaron un par de veces; Andy se rió y señaló una zona donde las lagartijas se asolean si tienes paciencia para encontrarlas.
Subimos entre bosques de laurisilva que parecían sacados de otra época — troncos cubiertos de musgo, un leve aroma a hojas mojadas y pájaros que cantaban en ráfagas. No era silencio total, pero sí… tranquilidad. De vez en cuando Andy paraba para contarnos sobre la geología (“Esa cresta es más antigua que muchos países”, nos dijo), o para compartir historias de cómo la gente cruzaba estas montañas a pie llevando cabras o queso. En un momento nos quedamos todos mirando el barranco de Masca — nadie habló durante un minuto, salvo alguien que empezó a desenvolver su bocadillo (creo que fui yo).
La excursión de un día en Tenerife fue una mezcla perfecta entre reto y momentos relajados — a veces había que sortear tramos rocosos con cuidado, y de repente aparecía un tramo llano lleno de flores silvestres. Éramos un grupo pequeño, así que nadie se perdió ni se quedó atrás; Andy se aseguraba de que todos estuviéramos bien sin que resultara incómodo. Paramos a comer en una roca calentada por el sol con vistas al valle. El queso sabía mejor que nunca — ¿sería porque me lo había ganado? Aún recuerdo esa vista cuando suena el móvil en medio de una reunión de trabajo.
La ruta dura unas 5 horas, incluyendo paradas para fotos y un descanso para picnic.
Normalmente se recorren hasta 12 km con un desnivel de hasta 600 m.
La excursión incluye transporte privado organizado por el guía.
Andy es el guía que lidera las rutas y comparte datos sobre geografía, geología e historia local.
Los grupos suelen ser de máximo 12 personas, salvo que se acuerde otra cosa con antelación.
Se hace una pausa para picnic, pero debes llevar tu propia comida.
Se recomienda un nivel moderado de forma física para disfrutar del recorrido.
No se recomienda para embarazadas ni personas con problemas cardiovasculares.
Tu día incluye transporte privado por los variados paisajes de Tenerife, seguro de responsabilidad civil y rescate para tu tranquilidad, y a Andy como guía que te contará historias sobre la geología e historia local — además de varias paradas para fotos y un descanso para picnic relajado antes de regresar juntos.
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