Saldrás desde Los Cristianos en un barco pirata de estilo antiguo, con la tripulación guiándote para encontrar ballenas y delfines a lo largo de la costa de Tenerife. Habrá tiempo para nadar en mar abierto (flotadores para niños), bebidas a bordo y mucho espacio para relajarte o charlar con locales. Prepárate para momentos auténticos: viento en el pelo, risas por errores de idioma y ese silencio especial cuando aparecen las ballenas.
“¿Viste esa aleta?” alguien gritó, y por un segundo pensé que me la había perdido, pero entonces la ballena piloto volvió a asomar, lenta y tranquila, justo al lado de nuestro viejo barco de madera. El Peter Pan (sí, así se llama) crujía suavemente mientras nos alejábamos de Los Cristianos. Nuestra guía —creo que se llamaba Marta— nos enseñó a reconocer delfines por sus salpicaduras, pero la verdad es que yo seguía distraído con el olor a sal y la calidez de las tablas bajo mis pies. Hay algo en estar en un auténtico velero portugués que te hace sentir como si estuvieras en una aventura de antaño.
Me acerqué a la barra por una bebida (solo un refresco para mí, aunque algunos se lanzaron directo a la cerveza) y busqué un lugar junto a la barandilla. Se escuchaban risas de niños en la proa, saludando a las gaviotas como si fueran viejas amigas. En un momento, Marta nos contó que estas aguas frente al sur de Tenerife son famosas por sus ballenas residentes —incluso sabía cuáles tenían crías esta temporada. No hay ruido, solo viento, agua y a veces risas que se escapan por la cubierta. La tripulación se movía revisando que todos estuvieran bien; repartieron flotadores para los más pequeños antes de anclar para la parada de baño.
La parada para nadar me sorprendió. El agua parecía más fría de lo que en realidad era —suave, con la luz del sol filtrándose entre capas azul-verdosas. No soy mucho de hacer snorkel, pero solo flotar ahí, escuchar voces apagadas desde arriba y sentir pequeños peces rozar mis tobillos… sí, no esperaba sentirme tan relajado. Luego nos sentamos todos alrededor de una gran mesa en cubierta, goteando agua salada por todos lados (a nadie le importó), compartiendo historias de lo que habíamos visto bajo el agua o cuál ballena nos había gustado más. Alguien intentó pedir algo en español y la tripulación le corrigió con cariño —todos se rieron, incluido él.
Volvimos hacia el puerto con la cara pegajosa por la sal y el pelo hecho un lío. No dejaba de pensar en ese primer vistazo a las ballenas —qué silencio se hacía cuando aparecían. Si buscas un tour de avistamiento de ballenas en Tenerife que no sea apresurado ni demasiado formal, este es sin duda el indicado.
Puedes elegir la opción de recogida en autobús con aire acondicionado desde puntos en La Caleta, Playa de Las Américas o Los Cristianos.
Sí, los niños son bienvenidos; los bebés pueden ir en cochecito o en brazos, y se proporcionan flotadores para la parada de baño.
El tour parte del puerto de Los Cristianos, en el sur de Tenerife.
Se pueden comprar bebidas en la barra; el agua embotellada está incluida.
Sí, hay dos baños en la zona inferior para uso de los pasajeros.
El acceso en silla de ruedas es posible si los pasajeros pueden subir al barco por su cuenta.
El velero Peter Pan mide 18 metros de largo y 5 metros de ancho.
Tu día incluye opción de recogida en autobús con aire acondicionado desde varios puntos del sur de Tenerife antes de embarcar en el puerto de Los Cristianos. A bordo tendrás agua embotellada, acceso a bebidas en la barra, uso de dos baños en la cubierta inferior, flotadores para niños durante la parada de baño supervisada, además de la guía constante de la tripulación y el capitán, antes de regresar juntos a tierra.
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