Recorre el casco antiguo de Palma en Segway con un guía local que hace que todo sea divertido y relajado. Paradas rápidas en Plaça Cort, vistas a la Catedral junto al mar, historias de la vida mallorquina y hasta alguna risa si te animas a probar palabras en catalán.
Empezamos justo en el corazón de Palma, con los cascos un poco torcidos y todos algo nerviosos por los Segways (la verdad, estaba seguro de que acabaría chocando contra algo). Nuestra guía, Marta, tenía una forma sencilla y divertida de explicar todo — bromeó diciendo que si podíamos mantenernos en pie después de las tapas de anoche, no habría problema. Los primeros minutos fueron tambaleantes, pero luego todo encajó y de repente íbamos zigzagueando por callejones estrechos que olían a café y piedra antigua. Recuerdo pasar frente a una panadería con bandejas llenas de ensaimadas — el aroma me hizo frenar un momento.
Marta señalaba detalles que yo nunca habría notado por mi cuenta. Había un olivo centenario en la Plaça Cort; ella decía que los locales creen que es más viejo que la mayoría de los edificios que lo rodean. Pasamos rápido por el Palacio Real de La Almudaina — la luz del sol reflejándose en sus muros — y luego bajamos al Parc de la Mar, donde se abre esa vista amplia de la Catedral. La llaman la “Catedral de la Luz” por algo; incluso desde fuera, sus ventanas parecen brillar. Alguien del grupo intentó pronunciar “La Seu” correctamente y Marta sonrió — “Casi, casi,” dijo.
Me gustó lo relajado que se sentía todo. Paramos en el Museo Es Baluard (no entramos, pero desde fuera se ven unas esculturas impresionantes), y luego avanzamos por el Passeig des Born, donde la gente se sentaba bajo los árboles tomando cafés pequeñitos. Los Segways rodaban suavemente sobre los adoquines; en un momento casi atropello a una paloma, pero ella se esquivó como si conociera bien a los turistas. Al final, las piernas me vibraban y todavía recuerdo esa brisa que venía de la playa de Ca’n Pere Antoni mientras pasábamos — aire cálido mezclado con sal y crema solar. No esperaba sentirme tan cómodo recorriendo la ciudad de otro como si fuera la mía.
El tour dura aproximadamente 2 horas de principio a fin.
Sí, antes de empezar a explorar hay una sesión de entrenamiento en Segway.
Pasarás por la Catedral de Mallorca, Palacio Real de La Almudaina, Plaça Cort, Museo Es Baluard, Passeig des Born, La Lonja, Parc de la Mar y la playa de Ca’n Pere Antoni.
Sí, un guía profesional local acompaña todo el recorrido.
Se entregan cascos a todos los participantes como parte de la reserva.
No, no incluye comidas ni paradas para comer.
Sí, incluye entrenamiento y es apto para todos los niveles, excepto embarazadas o personas con problemas cardiovasculares.
Tu día incluye el uso de un Segway con casco y seguro, entrenamiento práctico antes de recorrer las calles de Palma, además de la guía de un profesional local que comparte historias en cada parada — solo tienes que presentarte listo para rodar.
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