Recorre los caminos secretos de Menorca en un Land Rover con un guía local, explora canteras y talayots antiguos y degusta queso de Mahón directo de la granja. Risas por los errores de idioma y momentos de calma entre ruinas: esta es Menorca más allá de las playas.
El día no empezó como esperaba — se me olvidó el protector solar (clásico)— y tuve que pedirle un poco a nuestra guía, Marta, antes de salir del punto de encuentro en Ciutadella. Ella se rió y me pasó su bote, diciendo que a todos nos pasa alguna vez. Subimos al Land Rover Defender — la verdad, nunca había montado en uno y parecía que íbamos a un safari más que a una excursión por Menorca. Los asientos daban un pequeño bote, pero eso hizo que todo se sintiera más auténtico, ¿sabes?
Siempre había pensado en Menorca solo como playas, pero Marta nos llevó por caminos rurales estrechos, bordeados de muros de piedra seca y flores silvestres que no sabía ni cómo llamar. En un momento paramos en una antigua cantera — el aire estaba fresco y olía a tierra y tomillo. Ella nos señaló marcas en la roca hechas por cortes de piedra de hace siglos. Allí reinaba un silencio que se quedó conmigo; hasta mi amigo, que no para de hablar, se quedó callado un rato. Luego subimos a unos talayots prehistóricos — esas torres de piedra enormes — y nos explicó que son más antiguos que Roma. Mi español es un poco flojo, pero ella cambió al inglés cuando me perdí (se lo agradecí). La frase “tour privado isla Menorca” me vino a la cabeza porque realmente parecía que teníamos el lugar solo para nosotros.
La comida fue sencilla pero perfecta: queso de Mahón recién hecho en una pequeña granja, aún tibio de la sala de ordeño. El granjero tenía las manos ásperas mientras nos lo cortaba y trató de enseñarme a decir “formatge” en catalán. Seguro que lo dije fatal (pero se rió igual). Comimos bajo una higuera mientras las vacas nos miraban — no es el típico picnic, desde luego. De vuelta, Marta nos llevó por Cala Macarella, pero para entonces yo estaba más pendiente de ver pájaros entre las vallas que de bañarme.
No esperaba irme pensando tanto en piedras antiguas o cortezas de queso, pero aquí estamos. Si buscas algo distinto a otro día de playa desde Ciutadella o Mahón, este tour privado te muestra rincones de Menorca que no descubrirías por tu cuenta.
No, no se menciona recogida; los detalles del punto de encuentro se facilitan tras reservar.
Se utiliza un Land Rover Defender para acceder a caminos rurales y fincas privadas.
No se recomienda para niños menores de 5 años.
Incluye una degustación de queso de Mahón en una granja local, pero no un almuerzo completo.
Es apto para todos los niveles, pero no recomendado para embarazadas ni personas con lesiones en la columna.
Cala Macarella forma parte del itinerario variable; las paradas dependen de la ruta que elija el guía.
Lleva protector solar, ropa y calzado cómodos, y agua.
Tu día incluye transporte en Land Rover Defender por caminos rurales privados con un guía local experto que también conduce; seguro durante toda la excursión; entrada a fincas privadas; y una parada en una granja para probar queso de Mahón recién hecho antes de regresar por la tarde.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?