Verás ballenas deslizarse cerca de tu barco vintage frente a la costa de La Gomera, escucharás historias locales de tu guía, nadarás en aguas claras del Atlántico junto a acantilados volcánicos y compartirás tapas sencillas con otros viajeros. No es solo una excursión de un día, son horas que se quedan contigo mucho después de volver a tierra.
Lo primero que noté fue el golpeteo constante de las olas contra el casco, no fuerte, pero sí rítmico, casi como un latido. Apenas habíamos salido de Valle Gran Rey cuando Carmen, nuestra guía (que creció aquí), señaló una sombra oscura que asomaba en la distancia. “Es un calderón”, dijo, y la verdad, me quedé paralizado. Había visto fotos antes, pero nunca imaginé estar tan cerca. El aire olía a sal y a algo cálido que venía del motor bajo cubierta.
Terminé sentándome junto a una pareja mayor de Tenerife que me prestó su protector solar (yo lo había olvidado, típico). El sol pegaba fuerte pero sin quemar; una brisa fresca mantenía mi piel fresca mientras navegábamos junto a los acantilados de La Gomera. En un momento, unos delfines comenzaron a nadar alrededor nuestro — Carmen sonrió y dijo que son habituales en esta ruta. Nos contó sobre las rocas volcánicas y cómo los locales leen el mar para detectar ballenas. Parecía que cada uno a bordo tenía su pequeño ritual: unos sacando fotos, otros simplemente mirando el horizonte en silencio.
Nos anclamos en una cala donde el agua tenía ese azul verdoso imposible que solo ves en las postales. Dudé antes de lanzarme (¡qué frío!), pero valió la pena — flotando ahí, mirando la costa salvaje de la isla, me sentí pequeño y feliz. La comida fue sencilla: queso local, aceitunas, pan y bebidas frías que la tripulación iba pasando. Alguien derramó vino y todos nos reímos; no era nada lujoso, pero de alguna forma fue perfecto. De regreso, tumbado en la cubierta con la sal secándose en mis brazos y escuchando a Carmen hablar de su infancia aquí… a veces todavía recuerdo esa vista.
El tour dura aproximadamente 3 horas desde la salida hasta el regreso.
Sí, hay una parada para nadar en aguas claras del Atlántico cerca de la costa de La Gomera.
Sí, durante el crucero se sirven tapas y bebidas.
Sí, es apto para todas las edades; los bebés pueden ir en carrito o sentados en el regazo de un adulto.
El barco parte desde Valle Gran Rey en La Gomera.
Sí, el barco cuenta con baños separados para hombres y mujeres.
Es común ver delfines junto con las ballenas durante la excursión.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del puerto de Valle Gran Rey.
Tu día incluye un crucero de tres horas en un barco vintage desde Valle Gran Rey con avistamiento de ballenas guiado por expertos locales que conocen bien estas aguas. Tendrás tiempo para nadar en una cala protegida frente a la costa volcánica de La Gomera y disfrutar de tapas y bebidas servidas por la amable tripulación antes de regresar al puerto relajado y con la piel calentita por el sol.
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