Recorrerás desde las brillantes salinas de Ibiza hasta los acantilados salvajes de Es Vedrà con un guía local que comparte historias y rincones secretos. Prepárate para brisas saladas, torres antiguas, arte junto al mar y momentos de risa o asombro que recordarás mucho tiempo después.
El día no empezó perfecto — derramé café en mi camisa justo cuando nuestro guía llegó en un Hyundai un poco polvoriento (que, la verdad, encajaba perfecto con Ibiza). Nos metimos, bajamos las ventanas porque la mañana ya estaba calurosa, y arrancamos rumbo a las salinas de Ses Salines. El aire olía a sal incluso antes de ver esas montañas blancas. Marta, nuestra guía, señaló unos flamencos a lo lejos — o quizás solo eran manchas rosas. Se rió cuando le dije que parecía que eran adornos de jardín.
Conduciendo por la costa, pasamos por la playa de Ses Salines (ya llena de gente), y paramos en un mirador donde, si te quedabas quieto, podías escuchar el mar abajo. La palabra clave aquí sería “excursión a las salinas de Ibiza” — pero en realidad se sentía más como navegar despacio por los recuerdos de alguien que hacer un checklist. En Es Vedrà, Marta nos contó todas las leyendas locas que rodean esta roca — campos magnéticos, ovnis, sirenas. Intenté sacar una foto, pero el móvil no captaba el silencio extraño que se siente allí arriba. Hay algo en estar frente a esa isla de piedra caliza que te invita a susurrar.
Subimos a la antigua Torre del Pirata (Torre des Savinar), que suena dramático pero era más bien viento y lagartijas corriendo por todos lados. Mis piernas temblaban al llegar arriba, pero la vista hacia Atlantis valió la pena — o al menos eso me repetía mientras recuperaba el aliento. Bajando, Marta soltó algunos chismes locales sobre quién tiene qué villa en Cala Vadella (juró que no estaba tirando nombres, pero claro que sí). La carretera por la costa oeste fue un desfile de curvas y destellos de agua turquesa entre pinos.
La última parada fue en unas enormes columnas de piedra llamadas Time & Space — supuestamente obra de un artista financiado por el fundador del Cirque du Soleil (Ibiza nunca decepciona). Había gente meditando; uno quemaba incienso y pude oler sándalo mezclado con aire marino. Cruzar las Puertas de Cala Llentia dio una sensación extraña de esperanza — como si pudieras dejar algo atrás si quisieras. Aún pienso en esa vista hacia Es Vedrà mientras nos alejábamos, con el sol bajando poco a poco.
El tour dura entre 4 y 5 horas, incluyendo los traslados.
Sí, la recogida está incluida en la reserva.
Visitarás las salinas de Ses Salines, el mirador de Es Vedrà, la Torre del Pirata (opcional), el monumento Time & Space y la zona de la playa de Cala Vadella.
El grupo estándar es de hasta 4 personas; grupos más grandes de hasta 8 se pueden organizar bajo petición.
No, no se recomienda para personas con movilidad limitada o usuarios de silla de ruedas.
Podrás ver flamencos en Ses Salines y visitar instalaciones artísticas como Time & Space cerca de Cala Llentia.
Se utiliza un Hyundai Ix35 o un Opel Zafira (o similar) para grupos de hasta 6 personas.
Sí, hay opciones de transporte público disponibles cerca.
Tu día incluye recogida en un coche con aire acondicionado y un guía local amable que comparte historias exclusivas en cada parada — desde las salinas brillantes hasta los acantilados impresionantes de Es Vedrà — además de tiempo en playas y monumentos antes de regresar cómodamente juntos.
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