Descubre un refugio de paz en el centro histórico de Granada con un masaje en pareja hecho por manos expertas. Saldrás más ligero, relajado y renovado.
¿Conoces esa sensación de salir de una calle llena de ruido y encontrarte de repente en un remanso de paz? Así fue cuando entramos en este pequeño spa escondido en el centro histórico de Granada. El aire estaba cálido y se percibía un suave aroma a azahar, quizás del patio exterior. Carmen, nuestra terapeuta, nos recibió con una sonrisa amable y nos entregó albornoces suaves. Recuerdo la música: guitarra española, bajita, justo para silenciar el bullicio de la ciudad.
El masaje fue otra historia. Lo llaman su “especialidad de la casa”, una combinación de técnicas perfeccionadas con los años. Perdí la noción del tiempo mientras manos expertas deshacían nudos que ni sabía que tenía. Mi pareja incluso se quedó dormido un rato (asegura que no roncó). La luz era tenue, pero nada triste, justo para desconectar del móvil por un rato. Luego, tomamos un té de menta en el salón, envueltos en toallas mullidas. Desde la ventana, se veían las azoteas de la Alhambra. Parecía un oasis secreto en pleno corazón de Granada.
Sí, el spa es totalmente accesible para sillas de ruedas y el personal está encantado de ayudar con cualquier necesidad especial.
Por supuesto, los bebés y niños pequeños pueden quedarse en su cochecito o silla durante la visita.
Sí, puedes elegir entre varias infusiones, incluyendo mezclas herbales. Solo avísanos tu preferencia al llegar.
Hay tres salas disponibles para parejas o grupos pequeños; solo indica el tamaño de tu grupo al reservar.
Tu visita incluye ropa interior desechable, albornoces, toallas, zapatillas, acceso a la ducha y té y café de cortesía. Solo tienes que venir y relajarte.
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