Recorrerás las calles antiguas de Girona con un guía local que da vida a leyendas e historia—desde cruzar el emblemático puente de Eiffel hasta descubrir rincones ocultos del barrio judío. Risas, historias inesperadas y vistas desde las murallas que no olvidarás.
¿Alguna vez te has preguntado cómo se siente estar donde marchaban los soldados romanos? Eso fue justo lo primero que pensé al encontrarnos con nuestra guía cerca de la plaza Sant Feliu en Girona. La ciudad te envuelve—piedra antigua por todos lados, un poco irregular bajo los pies, y el aire olía a café recién hecho del River Caffe que estaba cerca (casi entro por una segunda taza antes de empezar). Nuestro grupo era tan pequeño que todos pudimos hacer preguntas; alguien preguntó por una estatua de león en la pared, y Marta, nuestra guía, nos sonrió y dijo: “Para tener suerte, tienes que besarle el trasero.” Yo no me animé. Quizás la próxima vez.
Caminar por el barrio medieval de Girona fue como viajar en el tiempo—callejones estrechos que serpentean entre persianas desgastadas y cuerdas con ropa tendida. Marta nos señaló cómo cambiaban de color las piedras donde empezaba el antiguo barrio judío. Nos contó sobre las familias que vivieron ahí hace siglos, y casi podía imaginar sus voces resonando entre las paredes. Hubo un momento especial al cruzar el río Onyar por ese puente rojo de hierro—el Pont de les Peixeteries Velles—que Gustave Eiffel diseñó antes de construir su famosa torre en París. El río brillaba con rayos de sol; alguien del grupo se detuvo para disfrutar el momento. Yo también.
No esperaba tantas leyendas en estas calles—historias de brujas, túneles secretos bajo la catedral (que domina todo el paisaje), e incluso una anécdota sobre una invasión de moscas que salvó Girona durante un asedio. Marta se rió de mi cara incrédula y dijo que los locales todavía lo cuentan como si fuera ayer. Subimos unas escaleras empinadas hasta las murallas antiguas para contemplar los tejados de terracota y las colinas lejanas—no soy fan de las alturas, pero honestamente, cada vez que escucho campanas de iglesia, me acuerdo de esa vista.
El tour dura aproximadamente 3 horas.
El punto de encuentro es la plaza Sant Feliu, junto al River Caffe en el centro de Girona.
No, debido a escaleras y pendientes en el casco antiguo, no se recomienda para quienes usan silla de ruedas o tienen dificultad para caminar.
El tour se centra en monumentos, calles, puentes y zonas históricas al aire libre; no incluye entradas a interiores.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden ir en carrito o cochecito durante el recorrido.
El tren AVANT sale a las 8:25 y llega a las 9:03; desde la estación de Girona hay unos 20 minutos caminando hasta la plaza Sant Feliu.
Por la mañana, te encontrarás con tu guía local en la plaza Sant Feliu, en el centro de Girona, para un paseo de tres horas en grupo pequeño por calles medievales, cruzando el puente de hierro de Eiffel sobre el río Onyar, recorriendo las murallas antiguas y explorando barrios históricos, todo acompañado de historias fascinantes.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?