Bajas del ferry en Corralejo y entras en aguas cristalinas y senderos tranquilos en Isla de Lobos. Pasea por las casitas blancas de El Puertito, detente en playas vacías, observa aves en los humedales de Las Lagunitas o sube a Montaña La Caldera para vistas panorámicas. Con billete de ida y vuelta incluido y tiempo para explorar a tu ritmo, esta escapada a la isla te quedará para siempre.
Lo primero que sentí al bajar del ferry en Isla de Lobos fue el golpe del aire salado — apenas 15 minutos desde Corralejo, pero parecía que habíamos llegado a otro mundo. El agua junto al muelle era tan cristalina que se veían peces pequeños nadando bajo las tablas. Éramos unos doce en el barco, y uno de la tripulación — creo que se llamaba Juan — sonrió cuando le pregunté si alguien alguna vez nadaba hasta la isla (solo negó con la cabeza y se rió). Es curioso, pero ese corto trayecto realmente da la sensación de dejar atrás Fuerteventura para entrar en un lugar más tranquilo.
No llevábamos un plan fijo, solo caminar y descubrir. El sendero rodea casi toda la Isla de Lobos — unos 12 o 13 kilómetros si haces todo el recorrido — pero la verdad es que no parábamos de detenernos. La playa de La Concha parecía de mentira con su arena clara y agua turquesa; me senté y me quedé escuchando el silencio (solo el viento y algunas gaviotas). En El Puertito hay un grupo de casitas blancas junto a calas poco profundas donde el mar huele distinto, como a minerales. Un pescador local nos saludó mientras pasaba con un cubo — ¿quizá llevaba lapas? Intenté preguntar en español, pero solo me devolvió una sonrisa.
Si te gustan las aves o las plantas, este sitio es un paraíso — dicen que aquí crecen más de 130 especies, aunque yo no reconocí ni la mitad. Vimos algunas aves zancudas en los humedales de Las Lagunitas antes de subir a la Montaña La Caldera. La subida no es fácil con sandalias (no cometas mi error), pero las vistas de Fuerteventura desde arriba valen cada paso, aunque las piernas te tiemblen. También está el faro Martiño, solitario contra el cielo. Para entonces ya casi me había acabado el agua y me arrepentí de no haber llevado más comida; cerca de El Puertito hay un bar-restaurante, pero estaba cerrado cuando pasamos — no sé si siempre es así o tuvimos mala suerte.
De regreso para coger el ferry de vuelta (que sale varias veces por la tarde), mis zapatos estaban llenos de arena y la piel me ardía en sitios donde no me puse crema. Pero, ¿sabes qué? Ese silencio en Isla de Lobos se me quedó grabado más que cualquier foto. No es un lugar grande ni espectacular — es simplemente un espacio y un tiempo puro que parece prestado de otro mundo.
El trayecto en ferry entre Corralejo e Isla de Lobos dura unos 15 minutos por trayecto.
Sí, debes solicitar una autorización gratuita del gobierno online antes de desembarcar en Isla de Lobos.
Se recomienda llevar calzado adecuado para senderismo si planeas recorrer el sendero circular completo o subir Montaña La Caldera.
Hay un bar-restaurante cerca de El Puertito, pero puede que no siempre esté abierto; lleva suficiente agua y snacks por si acaso.
Los ferries salen de Corralejo a las 9:45, 10:15, 10:45, 11:15, 12:30 y 13:30.
Los ferries de regreso salen de Lobos a las 14:00, 16:15 y 17:15.
La excursión es apta para la mayoría de niveles físicos, pero no se recomienda para personas que necesiten acceso en silla de ruedas.
Sí, los animales de servicio están permitidos en este viaje en ferry a Isla de Lobos.
Tu día incluye billetes de ferry de ida y vuelta entre Corralejo e Isla de Lobos para que explores playas, senderos y humedales o simplemente descanses en El Puertito a tu ritmo antes de volver por la tarde.
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