Aprenderás movimientos reales de flamenco en pleno corazón de Sevilla, sin necesidad de experiencia. Profesores locales te guían paso a paso y te llevarás un recuerdo: una flor o un pañuelo.
Lo primero que me llamó la atención fue el suave aroma a colonia y madera vieja al entrar en el estudio, escondido en una callecita cerca de la Plaza de la Alfalfa. Nuestra profesora, María, que baila desde los seis años, nos recibió con una sonrisa y nos entregó a cada uno un clavel brillante. Nos explicó que es tradición llevarlo detrás de la oreja o en el cabello, aunque sea la primera vez que bailamos.
Empezamos despacio, aprendiendo a colocar los brazos justo como toca y a mover las muñecas, un gesto que parece sencillo hasta que lo intentas tú mismo. El sonido de los tacones golpeando el suelo llenaba la sala, mezclándose con las risas cuando alguien se desincronizaba (casi siempre yo). María nos enseñó a escuchar el ritmo de la guitarra que sonaba suave desde un altavoz antiguo en una esquina. Tras media hora, el sudor me perlaba la frente, pero no me importaba: estaba concentrado en seguir el zapateado.
Al terminar los 90 minutos, habíamos armado una pequeña coreografía. No era perfecta, pero sentí que algo encajaba: el orgullo de haberlo logrado, aunque mis manos temblaran. María nos aplaudió y dijo que lo habíamos hecho muy bien para ser la primera vez. Al salir, vi otra clase calentando; sus zapatos retumbaban en el suelo mientras practicaban pasos que yo ya reconocía. Si tienes curiosidad por el flamenco pero te da miedo empezar, este es el lugar ideal. También adaptan la clase si ya tienes experiencia.
¡Sí! La clase está pensada para todos los niveles, incluso para quienes nunca han bailado. La profesora se adapta a cada persona.
Lo mejor es ropa y calzado cómodos, no hace falta nada especial. Te darán una flor o un pañuelo para usar durante la clase.
Claro, el espacio es totalmente accesible y abierto para todos.
Sí, los niños son bienvenidos. También hay opciones para bebés y niños pequeños.
Tu sesión incluye una profesora profesional de flamenco y una flor o pañuelo para cada participante, que podrás usar en clase y llevarte de recuerdo.
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