Recorre el Recinte Modernista de Sant Pau en Barcelona a tu ritmo, desde sus grandes salas con azulejos hasta los tranquilos jardines entre paviliones. Sumérgete en siglos de historia hospitalaria, admira las creaciones de Domènech i Montaner y disfruta de la luz que atraviesa los vitrales — y si te quedas un rato, hasta podrás ver la Sagrada Família a lo lejos.
No esperaba salir de la bulliciosa Carrer de Sant Antoni Maria Claret y sentir que había viajado a otro siglo, pero eso fue justo lo que me pasó en el Recinte Modernista de Sant Pau. El exterior brilla con ladrillos dorados y mosaicos que parecen sacados de un sueño, un contraste extraño con el tráfico de la ciudad. Solo mostré mi entrada (sin colas, un alivio) y entré sin saber muy bien por dónde empezar. Dentro hay un silencio especial, aunque sigues en Barcelona. Se oyen tus pasos resonar en las baldosas. Huele un poco a papel viejo y piedra, como si el pasado hospitalario aún flotara en el aire.
Empecé por el Pabellón Sant Salvador. Allí hay exposiciones que cuentan cómo nació el hospital en 1401 — una fecha difícil de imaginar — y luego, en la planta de arriba, una instalación con un dragón impresionante dedicada a Lluís Domènech i Montaner. Nuestra guía (más bien una persona amable del equipo que me escuchó decir “¿por qué tantos dragones?”) me explicó que los dragones aparecen mucho en las leyendas catalanas. Se rió cuando intenté pronunciar “Recinte Modernista” — no lo clavé, desde luego. Pero me dijo que estaba bien, que la mayoría de visitantes tampoco lo hacen.
Me tomé mi tiempo paseando por los jardines entre los paviliones porque el sol iluminaba los vitrales justo en el momento perfecto, creando charcos de colores sobre el camino. Vi algunas familias con cochecitos, parejas mayores sentadas en silencio en los bancos y un grupo de estudiantes dibujando una de las cúpulas — cada uno a su ritmo. Nadie me apuró ni me indicó por dónde seguir, algo poco común en sitios tan grandes. Además, todo el recinto es accesible para sillas de ruedas, así que ves a todo tipo de gente disfrutando juntos.
Me fui más tarde de lo previsto porque seguía volviendo a una ventana desde donde se veía la Sagrada Família asomando entre los tejados — un recordatorio curioso de que sigues en la Barcelona moderna, aunque estés rodeado de tanta belleza antigua. A veces aún recuerdo esa vista, sobre todo en días ruidosos en casa.
Sí, el Recinte Modernista de Sant Pau es totalmente accesible para sillas de ruedas.
Sí, tu entrada permite entrar cuando quieras durante el horario de apertura.
La entrada incluye acceso libre a todos los paviliones y exposiciones abiertas en Sant Pau.
La entrada estándar es para visita libre; el personal está disponible para resolver dudas dentro.
Sant Pau se puede llegar fácilmente en metro o autobús; hay opciones de transporte público cerca.
Sí, bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito por todo el recinto.
Sí, los animales de servicio están permitidos en el Recinte Modernista de Sant Pau.
Tu día incluye entradas con acceso flexible para explorar por tu cuenta el Recinte Modernista de Sant Pau en Barcelona — pasea a tu ritmo por paviliones y jardines históricos, con total accesibilidad para sillas de ruedas y personal atento si necesitas ayuda.
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