Esta es tu oportunidad de descubrir Sevilla sobre dos ruedas — mapa en mano, casco puesto y sin horarios que no sean los tuyos. Pasa junto a naranjos, detente para tapas improvisadas y déjate perder entre plazas y parques. Con todo el equipamiento incluido y consejos locales, es una aventura relajada que recordarás mucho después de dejar Andalucía.
“¿Esta es la calle correcta?” pregunté, medio riendo, mientras salíamos tambaleándonos de la tienda de alquiler — los cascos un poco torcidos y el mapa ya ondeando con el viento. El chico del mostrador (¿Miguel? Seguro que era Miguel) había marcado en nuestro mapa su bar de tapas favorito y nos dio un chubasquero “por si acaso”. Era una de esas tardes brillantes en Sevilla donde el aire huele a naranjos y a algo dulce que aún no sé cómo nombrar.
Nos fuimos en zigzag por callejones estrechos, esquivando a locales en moto y a un par de niños persiguiéndose alrededor de una fuente. Hay algo en ver Sevilla en bici que te hace sentir a la vez invisible y plenamente presente — captas risas que salen de ventanas abiertas, el repicar de campanas de una iglesia detrás de ti. En la Plaza de España paramos solo para ver cómo cambiaba la luz sobre los azulejos. Tenía las manos pegajosas de agarrar el manillar con fuerza (no soy precisamente material para el Tour de Francia), pero la verdad es que se siente bien moverse a nuestro propio ritmo por una vez.
No esperaba perderme tantas veces — ni que fuera tan divertido. Cada giro equivocado nos llevó a otra plaza llena de naranjos o junto a un señor mayor leyendo el periódico al sol. Cuando finalmente dimos con el bar de tapas que Miguel recomendó, tenía razón: la mejor tortilla que he probado fuera de la cocina de mi abuela. El camino de vuelta fue más tranquilo; quizá estábamos cansados o simplemente disfrutando el momento. De cualquier forma, no dejo de pensar en esa sensación de pedalear por las calles de Sevilla sin un plan fijo, solo con ganas de descubrir qué viene después.
Sí, hay asientos para bebés bajo petición y bicicletas de varios tamaños para todas las edades.
Incluye casco de seguridad, candado, chubasquero si hace falta, mapa de la ciudad y asiento infantil opcional.
Lo mejor es reservar al menos dos días antes si necesitas bicicletas grandes o equipamiento especial.
Recogerás la bici en una oficina central de alquiler abierta todos los días de 10 a 18 horas.
Sí, hay paradas de transporte público muy cerca para facilitar tu llegada o regreso.
Tu día incluye una bicicleta urbana adaptada a ti (con tallas grandes si las pides con antelación), casco y candado para tu tranquilidad, un chubasquero por si el cielo andaluz sorprende, además de un mapa de la ciudad con los mejores sitios marcados — incluso asientos para bebés si vienes con los más pequeños.
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