Sentirás cómo cambia Eslovenia bajo tus pies: desde los túneles frescos y eco de la Cueva de Postojna, pasando por el Castillo de Predjama encajado en la roca, hasta las aguas tranquilas y azules del Lago Bled. Navega en pletna, toca la campana de la isla si quieres y disfruta de las vistas desde el castillo, todo con historias de tu guía local.
No esperaba tiritar en junio, pero eso fue justo lo que me pasó al entrar en la Cueva de Postojna. El aire cambió: de repente húmedo y cortante, con un leve olor a minerales que se quedó pegado a mi chaqueta. Nuestra guía, Maja, nos advirtió sobre la temperatura (9°C adentro), pero aún así me reí de mí mismo por pensar que con una camiseta iba a estar bien. El paseo en tren dentro de la cueva fue surrealista, como sacado de una película de James Bond, aunque olía a piedra mojada y todos susurraban en vez de hablar fuerte. En un momento, Maja señaló unas pequeñas salamandras blancas —los “peces humanos”— y tuve que entrecerrar los ojos para ver cómo se movían en las sombras. Me contó que pueden pasar años sin comer. Increíble.
Después de entrar en calor en la furgoneta (con aire acondicionado, pero más acogedora que la cueva), subimos hasta el Castillo de Predjama. Está encajado en la roca, parecía casi falso desde abajo, como si alguien lo hubiera pegado con Photoshop. Había flores silvestres por todos lados y una brisa que no paraba de mover mi mapa mientras intentaba seguir la historia de Maja sobre Erazem, un noble bandido que supuestamente escapaba por túneles secretos. Subimos más escaleras de las que quiero admitir (mis rodillas todavía protestan), pero asomarme por las ventanas del castillo me hizo olvidarlo todo: solo bosques extendiéndose bajo nubes grises.
Luego tocó el Lago Bled, y la verdad pensé que ya había visto suficientes postales para saber qué esperar. Pero subir a ese viejo barco de madera, la pletna, fue otra historia: el remero apenas hablaba, pero sonrió cuando me oyó intentar pronunciar “Blejski otok”. El agua era verdeazulada y cristalina; de vez en cuando se escuchaban campanas de iglesia resonando sobre el lago. En la isla hay una escalera empinada (perdí la cuenta a mitad de camino) que lleva a una pequeña iglesia donde puedes tocar una campana de los deseos muy antigua. Lo hice, me sentí un poco tonto al principio, pero luego con una extraña sensación de esperanza. Después paseamos por el Castillo de Bled; hay un punto en las murallas desde donde se ve todo a la vez: el lago, las montañas y los pequeños barcos navegando abajo. A veces todavía pienso en esa vista.
La excursión dura todo el día, saliendo desde Ljubljana y visitando los tres lugares principales en una sola jornada.
Sí, el transporte en minibús con aire acondicionado está incluido para todos los participantes.
El contenido de referencia no especifica si las entradas están incluidas; consulta con el proveedor antes de reservar.
No se menciona almuerzo incluido; tendrás tiempo libre para comprar comida por tu cuenta.
Los grupos pequeños tienen hasta 8 personas por minibús.
Es fundamental llevar ropa abrigada y cómoda, además de calzado resistente, por la baja temperatura dentro de la cueva (9°C).
La excursión incluye un punto de encuentro céntrico en Ljubljana, no recogida individual en hoteles.
Sí, hay bastantes escaleras en la isla de Bled, el Castillo de Bled y el Castillo de Predjama, pero el ritmo es tranquilo.
Tu día comienza reuniéndote en un punto céntrico de Ljubljana antes de salir en un minibús con aire acondicionado y guía en inglés. El transporte entre los sitios está cubierto, y si viajas con niños pequeños o necesitas más comodidad, hay asientos para bebés disponibles. Solo recuerda llevar ropa abrigada para la Cueva de Postojna.
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