Viaja de Luxor a Hurghada en tu propio coche privado con un conductor local que se encarga de todo: recogida donde quieras, WiFi a bordo y agua embotellada para el camino. Observa cómo cambian los paisajes egipcios y para a tomar un té en ruta. Un viaje relajado que te permite conectar con el ritmo del viaje y descubrir detalles que pasarías por alto.
Lo primero que me llamó la atención fue cómo brillaba el Nilo al salir de Luxor — ni dorado ni plateado, sino esa luz polvorienta tan típica de Egipto. Nuestro conductor, Mahmoud, nos saludó con un tranquilo “sabah el kheir” y nos entregó botellas de agua fría antes de que pudiéramos sacar las maletas. Me preocupaba un poco tener que arreglármelas con autobuses o trenes entre Luxor y Hurghada (mi árabe es bastante básico, para qué engañarnos), así que este traslado privado fue un pequeño lujo. El aire acondicionado fue un alivio tras la humedad pegajosa de la mañana junto al río.
Partimos por calles que aún olían a cardamomo y diésel de los puestos de desayuno. Mahmoud señalaba detalles en el camino — una familia vendiendo dátiles al borde de la carretera, una mezquita antigua con azulejos azules desgastados. No hablaba mucho a menos que le preguntáramos, pero cuando intenté pronunciar “Hurghada” correctamente, simplemente sonrió y lo dijo más despacio para ayudarme. Había WiFi en el coche (mi pareja no tardó en enviar fotos a casa), pero yo pasé casi todo el viaje contemplando cómo cambiaba el paisaje — palmerales que daban paso al desierto abierto, y esas formaciones rocosas tan extrañas que parecían de otro planeta.
No esperaba que el silencio se hiciera tan presente al dejar atrás Luxor. Solo el viento golpeando las ventanas y Mahmoud tarareando alguna melodía en voz baja. Paramos una vez para tomar té en un puesto junto a la carretera — dulce y caliente, justo para despertarte — y recuerdo haber pensado lo raro que era estar entre dos mundos: templos antiguos atrás, el Mar Rojo adelante. El traslado duró unas cuatro horas, pero no se hizo pesado; quizás porque no había que preocuparse por billetes, horarios o maletas perdidas.
Al llegar a Hurghada el cambio fue casi brusco tras tanta soledad — de repente carteles en ruso y alemán por todos lados, gente saludando a los taxis. Mahmoud nos ayudó con las maletas hasta la puerta del hotel (incluso insistió en cargar mi mochila aunque yo intenté negarme). No fue una gran aventura, pero, sinceramente, ese tramo tranquilo entre Luxor y Hurghada se quedó grabado en mí más que algunos de los grandes monumentos.
El viaje en coche privado suele durar alrededor de cuatro horas, según el tráfico y las paradas.
Sí, la recogida puede hacerse en tu hotel, en el muelle del crucero por el Nilo o en cualquier dirección específica en Luxor.
Sí, todos los vehículos usados para este traslado cuentan con aire acondicionado para tu comodidad.
Sí, el coche privado incluye WiFi gratuito para que estés conectado durante el viaje.
Sí, se aceptan bebés y niños pequeños; se pueden llevar cochecitos y, si hace falta, se proporcionan sillas para bebés.
El precio cubre transporte privado, agua embotellada, WiFi a bordo, todas las tasas y tarifas, además de la recogida donde elijas en Luxor.
Tu viaje incluye recogida en cualquier punto de Luxor — hotel o muelle del crucero — y transporte privado en un vehículo con aire acondicionado y WiFi. Se proporciona agua embotellada para todos los pasajeros. Todos los impuestos y tasas están incluidos para que no tengas que preocuparte por nada durante el trayecto.
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