Recorre el desierto de Hurghada en quad, conoce beduinos auténticos, disfruta de su té y monta en camello. Una experiencia activa, cercana y llena de cultura local—y todo antes de la hora de comer.
La arena cruje bajo las ruedas mientras arrancamos temprano, el aire aún fresco y un poco cortante. Nuestro guía, Mahmoud, reparte pañuelos—nos enseña a ponérnoslos para que no entre arena en la boca. Los quads rugen y de repente volamos por el desierto abierto, con el sol empezando a calentar las dunas. Aún siento un poco de polvo en los labios, pero la verdad es que eso le da emoción al paseo.
Al pasar la mitad del camino, unos 25 kilómetros, paramos en un campamento beduino. Se huele levemente humo de leña y alguien ya está preparando té sobre brasas. Nos invitan a sentarnos en cojines bajos, y una mujer con un pañuelo colorido nos sirve té de menta dulce. Probé un poco de shisha (no es para todos, pero bueno, cuando estás en Egipto…). Luego, nos turnamos para montar un camello—al principio es raro, pero en un par de minutos te acostumbras al vaivén. Mahmoud nos contó detalles sobre la vida beduina y cómo se adaptan a las estaciones. Aquí todo es silencio, salvo el viento y alguna risa del grupo.
¡Sí! El guía hace una breve explicación antes de empezar. No necesitas experiencia, solo ganas de aventura.
Ropa cómoda que no te importe que se ensucie de arena. Lo mejor son zapatos cerrados. Gafas de sol y un pañuelo ayudan con el polvo.
El tour dura unas cuatro horas, incluyendo el traslado desde el hotel y todas las actividades en el desierto.
El tour incluye recogida y regreso al hotel, paseo en quad, paseo en camello, té en un campamento beduino, impuestos locales y guía experto que conoce la zona a fondo. Solo necesitas tu espíritu aventurero—y algo de protector solar.
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