Te pondrás cara a cara con las pirámides más famosas de Egipto, recorrerás las ruinas antiguas de Menfis sin aglomeraciones y descubrirás la curiosa Pirámide Acodada de Dahshur—todo acompañado por un guía local amable que conoce cada atajo y leyenda.
Al bajar del coche cerca de la meseta de Giza, sentí esa primera ráfaga de aire seco del desierto—cálido pero no abrasador, justo lo suficiente para recordarte que estás en un lugar distinto. Nuestro guía, Ahmed, repartió botellas de agua fría y señaló hacia la Gran Pirámide. De cerca, cuesta creer que la gente la construyera con sus manos y herramientas sencillas. Las tres pirámides—Keops, Kefrén y Micerinos—se alzan silenciosas y majestuosas mientras los grupos de turistas pasan y algunos camellos gruñen en el fondo. Ahmed compartió historias sobre cámaras ocultas y reyes del Antiguo Reino; incluso nos mostró dónde algunos vendedores locales montan pequeños puestos con dátiles y té dulce.
Menfis fue la siguiente parada—un corto trayecto por las bulliciosas calles de El Cairo, con taxis tocando la bocina y niños corriendo entre puestos de frutas. El museo al aire libre allí es más tranquilo que Giza. Verás enormes estatuas de Ramsés II acostado bajo un techo de madera, y restos de palacios que asoman entre parches de hierba. No hay multitudes; de hecho, puedes escuchar el canto de los pájaros por encima del lejano murmullo del tráfico.
Dahshur fue lo que más me sorprendió. Llegan menos turistas, así que se siente casi como un lugar privado. La Pirámide Acodada se eleva en un ángulo extraño—nuestro guía explicó cómo los antiguos constructores calcularon mal la pendiente, lo que le dio esa forma peculiar. Hay un leve aroma a hierbas silvestres en la brisa y solo se oyen tus propios pasos sobre la arena. Aprendimos cómo estos primeros intentos dieron paso a las pirámides de lados lisos que vinieron después. Al caer la tarde, la luz del sol ilumina las piedras perfectamente para fotos sin multitudes alrededor.
Sí—está diseñada para todos los niveles de condición física. Hay algo de caminata, pero nada demasiado empinado o difícil.
Recomiendo zapatos cómodos, protector solar (el sol puede ser fuerte), quizá un sombrero. El agua está incluida, pero nunca está de más llevar algún snack extra.
El día completo suele durar entre 7 y 8 horas, incluyendo el tiempo de traslado entre los sitios.
No—las entradas no están incluidas en este paquete, pero tu guía te ayudará a comprarlas en cada lugar si es necesario.
Tu transporte cuenta con aire acondicionado (créeme, lo agradecerás), agua embotellada para todos, un guía de habla inglesa que domina el tema, además de todos los permisos necesarios de la policía turística para que todo funcione sin contratiempos.
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