Podrás armar tu propio día en Alejandría: elige tus lugares favoritos y deja que un guía local se encargue de todo. Desde tumbas antiguas hasta mariscos frescos en el puerto, este tour te ofrece historias reales y sabores auténticos de la segunda ciudad de Egipto, sin complicaciones.
El viaje de El Cairo a Alejandría siempre se siente como un respiro: el desierto plano da paso a la brisa salada del Mediterráneo. Nuestro guía, Ahmed, nos esperaba a las 7 de la mañana, con un café en mano y ya charlando sobre los lugares que más queríamos conocer. El coche estaba fresco y cómodo (algo vital con el sol ya arriba), y al llegar al corniche, se mezclaba el olor a mar con el aroma del maíz asado de los vendedores callejeros.
Primera parada: las Catacumbas de Kom el Shoqafa. Había leído sobre ellas antes, pero nada te prepara para ese primer paso bajando la escalera en espiral: el aire se vuelve más fresco y se percibe un leve aroma a tierra. Ahmed nos señaló grabados donde dioses egipcios llevan armadura romana, algo que sin él no habría notado. Incluso nos mostró un rincón donde, tras lluvias fuertes, a veces se filtra agua; según los locales, es buena suerte si logras atrapar una gota en la mano.
La Ciudadela de Qaitbay está justo en la punta del puerto. Gaviotas vuelan sobre nuestras cabezas y los pescadores se gritan entre ellos abajo. Las paredes de piedra son ásperas al tacto, reconstruidas tras los bombardeos británicos, como nos explicó Ahmed, y si miras más allá de la multitud, casi puedes imaginar el antiguo faro que estuvo aquí. Paseamos por las murallas un buen rato; la verdad, es fácil perder la noción del tiempo viendo los barcos pasar.
El almuerzo fue en Fish Market, con grandes ventanales al mar, pan fresco aún tibio y un mújol a la parrilla que sabía a recién sacado del barco esa misma mañana. Siempre hay algo de bullicio: platos que tintinean, niños riendo y camareros llamando pedidos en árabe y francés.
El Museo Nacional de Alejandría me sorprendió. Está dentro de una antigua mansión de estilo italiano, con suelos de madera que crujen y la luz entrando a través de vidrieras. La colección no es enorme, pero está bien organizada: momias abajo, estatuas griegas arriba, y Ahmed conocía historias de la mitad de los objetos. Incluso nos señaló una foto del rey Farouk que habría pasado por alto.
Terminamos en el Anfiteatro Romano, un lugar tranquilo comparado con otros sitios. Puedes sentarte en esos antiguos asientos de mármol y imaginar cómo sonaba cuando las multitudes llenaban el lugar hace siglos. Ya por la tarde, una brisa marina mezclaba los llamados a la oración con el ruido de la ciudad.
¡Claro! Puedes escoger cuatro sitios principales de nuestra lista al reservar, solo avísanos tus preferencias con anticipación.
Sí, el almuerzo está incluido en un restaurante local con opciones de pescado, pollo o vegetarianas; solo menciona tus necesidades al reservar.
El trayecto suele durar entre 2.5 y 3 horas, dependiendo del tráfico y el clima.
Todos los tickets de las atracciones que elijas están incluidos en el precio del tour, no necesitas llevar dinero extra.
El tour es familiar y apto para la mayoría de niveles físicos; se permiten cochecitos y los guías ajustan el ritmo según sea necesario.
Tu tour privado incluye recogida en hotel en El Cairo o Guiza, guía en inglés experto en Alejandría, entradas a los sitios seleccionados, agua embotellada durante todo el día, transporte cómodo con aire acondicionado y almuerzo en un restaurante local con opciones de pescado, pollo o vegetarianas. Si tienes peticiones especiales, avísanos, estamos para hacer tu día fácil e inolvidable.
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