Navega por los canales de Copenhague en un barco privado de caoba, guiado por un local que conoce cada historia curiosa detrás de palacios y casas flotantes. Siente el verdadero hygge mientras ríes con anécdotas, eliges tu ruta y hasta te animas a nadar si quieres. Es un plan relajado, personal y verás Copenhague desde un ángulo que pocos turistas conocen.
Lo primero que noté fue el suave crujido de la madera bajo mis zapatos—este viejo barco escandinavo de caoba se siente muy distinto a esas grandes barcazas turísticas. El aire del puerto traía esa mezcla de algas y olor a panadería (alguien cerca estaba haciendo rollos de canela). Nuestro guía, Søren, nos saludó con una sonrisa y dijo algo sobre “tiempo de hygge”—todavía no logro pronunciarlo bien. Pero lo decía en serio; nos acomodamos sin prisa, simplemente dejando que el barco pasara frente al Palacio Christiansborg mientras él señalaba la aguja y nos contaba qué políticos se bañan aquí en secreto durante el verano. No esperaba reír tanto con los chismes del parlamento danés.
Los canales se abren poco a poco—en un momento estás tan cerca que ves a gente tomando el sol en la playa de Christiania (sí, algunos estaban desnudos y a nadie le importaba), y de repente aparece el Palacio Amalienborg brillando pálido contra el cielo. Søren nos dejó elegir por dónde seguir—dijo que el itinerario es solo una sugerencia—y terminamos flotando junto a Copenhill. Esa es la pista de esquí sobre una planta eléctrica, suena increíble hasta que la ves. Una pareja nos saludó desde su casa flotante; parecían vivir ahí desde siempre. Intenté saludar en danés y solo recibí risitas a cambio.
Hubo un momento de calma cerca del Puerto de Christian donde todo se ralentizó—solo el agua rozando y el sonido lejano de campanillas de bicicleta. Pensé en lo diferente que se ve Copenhague desde aquí, con esas líneas rectas de edificios modernos mezclados con viejos almacenes de ladrillo. Søren me pasó un paraguas cuando empezó a lloviznar (los paraguas están incluidos), pero la verdad es que no me importó mojarme un poco. Las luces de la ciudad se encendieron temprano por las nubes y por un instante sentí que estábamos dentro de una de esas películas danesas con atmósfera melancólica.
Sí, es un tour privado solo para tu grupo.
No, no incluye recogida; el punto de encuentro es en el puerto.
Se proporcionan paraguas a bordo; el tour se cancela con reembolso completo en caso de viento fuerte o lluvia intensa.
No se permite comida ni bebidas excepto agua, champán, vino blanco o rosado.
No se recomienda para menores de 15 años.
Puedes nadar si quieres, solo avisa a tu guía.
Pasarás por el Palacio Christiansborg, Palacio Amalienborg, la Vieja Bolsa, Copenhill, el Puerto de Christian y más.
No, requiere subir escaleras altas; no se recomienda para personas con movilidad reducida.
Tu día incluye un paseo privado en un clásico barco de caoba por los canales de Copenhague con ruta flexible y un guía local que prefiere conversar a seguir un guion. Hay paraguas si llueve y puedes decidir parte del recorrido o incluso darte un chapuzón antes de volver a tierra.
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