Recorre Curazao con un guía local—cruza el puente Queen Juliana para vistas de la ciudad, prueba el licor Blue Curazao original en la destilería, observa flamencos en las salinas de Jan Kok y relájate en la playa Knip antes de ver las olas romper en las cuevas de Shete Boca. Calles vibrantes, sabores auténticos y pequeñas sorpresas te esperan.
Aún masticaba un trozo de plátano frito cuando nuestro guía, Franklin, nos llamó al borde del puente Queen Juliana. “Miren hacia abajo”, dijo con una sonrisa como si guardara un secreto. La ciudad—Willemstad—parecía una paleta de colores derramada sobre el agua. Se escuchaba música que subía desde Otrobanda y, la verdad, no esperaba que la brisa oliera tanto a mezcla de sal marina y diésel. Aquí todo está en movimiento, pero sin estrés, más bien como si todos simplemente vivieran su día a día a tu alrededor.
La siguiente parada fue la destilería de licor de Curazao. El aire dentro era dulce y fuerte a la vez; probé el licor azul (el original) y picaba justo lo suficiente para sacarme una sonrisa. Franklin nos contó que usan naranjas laraha locales—nos hizo repetir el nombre en voz alta (yo lo pronuncié fatal). Luego paseamos por Scharloo, pasando por casas pintadas de todos los colores que puedas imaginar—algunas desconchadas, otras impecables. Había un señor mayor en su porche que nos saludó con la cabeza; todavía me pregunto qué historias tendría si nos hubiéramos detenido.
El lado oeste parecía de otro mundo. Flamencos posaban en esas lagunas rosadas poco profundas en Jan Kok—tan elegantes, quietos, mientras nosotros tomábamos fotos intentando no asustarlos. Almorzamos en un lugar de carretera con sillas de plástico; no aceptan tarjetas, así que lleva efectivo si no quieres tener que pedir papas fritas prestadas (bromeo... más o menos). Más tarde llegamos a la playa Knip para esa clásica foto con agua turquesa—la arena crujía bajo los pies—y terminamos en Shete Boca, donde las olas golpeaban las cuevas de roca negra con tanta fuerza que se sentía en el pecho. Ahí perdí un poco la noción del tiempo.
Sí, la recogida y regreso al hotel están incluidos en tu reserva del tour.
Sí, lleva efectivo porque el restaurante donde paramos no acepta tarjetas ni hay cajero cerca.
Sí, visitarás la destilería de Curazao y podrás degustar su famoso licor azul.
Pararemos en las salinas de Jan Kok, donde suelen verse flamencos, aunque depende de la suerte.
La parada para almorzar dura aproximadamente 60 minutos para que puedas comer y descansar tranquilo.
Sí, todas las entradas y tasas están cubiertas en el precio de la reserva.
Visitarás la playa Knip para fotos y tiempo libre junto al mar.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel con un guía local que te acompañará en cada parada—desde la ciudad hasta playas salvajes—con entradas incluidas y degustación del Blue Curazao original. El almuerzo no está incluido (lleva efectivo), pero todo lo demás está organizado para que solo disfrutes.
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