Camina bajo el rugido de las cascadas de Krka con un guía local, navega en barco hacia Skradin y luego relájate en Primošten nadando o con una cata de vinos junto al mar. Risas por los líos con el idioma y tiempo para empaparte de la vida dálmata antes de regresar — créeme, te llevarás esos sonidos de las cascadas contigo.
Lo primero que recuerdo es el sonido — ese murmullo constante del agua al bajar del autobús cerca de Krka. Nuestra guía, Ana, repartió las entradas con una sonrisa y nos dijo que siguiéramos la bruma. Podía oler las agujas de pino aplastadas bajo los pies mientras empezábamos el camino. Las cascadas no solo son ruidosas; están por todas partes, cayendo sobre rocas tan verdes que parecen de mentira. Ana señaló un pequeño lagarto tomando el sol y bromeó que tenía mejores vistas que cualquiera de nosotros.
Recorrimos durante casi una hora Skradinski buk, parando cada vez que alguien quería una foto o simplemente quedarse embobado (culpable). Hay un puente de madera donde puedes sentir el rocío en los brazos — no frío, pero justo para despertarte si te estás quedando dormido. El aire sabía fresco de una forma que no esperaba después del calor de la ciudad de Split. Tras la caminata, subimos a un pequeño barco para navegar hasta Skradin. En el agua todo era más tranquilo — solo el chapoteo de las olas y alguien detrás de mí desenvolviendo un bocadillo.
No sabía qué esperar de Primošten. Es de esos pueblos que parecen pintados — casas de piedra blanca apiladas sobre aguas azules. Tuvimos dos horas allí: algunos se metieron a nadar (las piedras son más ásperas de lo que parecen), otros fueron directo a comer o a la cata de vinos. Yo probé ambas cosas — primero nadar, luego un vino tinto que sabía a cerezas calentadas por el sol. El camarero se rió cuando intenté pedir en croata; la verdad, me lo merecía.
Si vienes entre abril y mediados de mayo, en vez de Primošten paran en Šibenik — más piedras antiguas y menos baño. De cualquier forma, siempre hay tiempo para un café o un helado antes de volver. En el camino de regreso no podía dejar de pensar en ese olor junto a las cascadas — tierra mojada y pino — que se quedó pegado a mi camiseta incluso después de irnos.
La excursión dura casi todo el día incluyendo el viaje desde Split, la caminata guiada en Krka (unos 60 minutos), el paseo en barco y dos horas en Primošten o Šibenik según la temporada.
No está permitido nadar en las cascadas de Krka; pero hay tiempo para bañarse en la playa de Primošten durante los meses de verano.
Incluye transporte desde Split, guía local, descuento en la entrada al parque (hasta 30%), paseo en barco de 30 minutos y dos horas libres en Primošten o Šibenik.
Del 1 de abril al 15 de mayo (fuera de temporada de baño), Šibenik sustituye a Primošten tras la visita a Krka.
No incluye comida; tendrás tiempo libre en Primošten o Šibenik para comprar algo o probar la cata de vinos opcional.
Con esta excursión tienes hasta un 30% de descuento en la entrada; la entrada no está totalmente incluida en el precio.
La excursión ofrece recogida flexible en puntos céntricos de Split, pero no en todos los hoteles directamente.
Sí, es apta para todos los niveles de forma física; los bebés deben ir en el regazo de un adulto durante el transporte.
Tu día incluye transporte con aire acondicionado desde Split y un guía local amable durante todo el recorrido. Tendrás descuento en la entrada al Parque Krka (hasta 30%), disfrutarás de un paseo en barco de media hora entre Skradinski buk y Skradin, y pasarás dos horas relajándote en Primošten (para nadar o catar vinos) o en Šibenik (caminata guiada y tiempo libre) según la temporada antes de volver juntos.
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