Recorre las calles antiguas de Mostar con un guía local, cruza su famoso puente, explora bazares llenos de color y refréscate en las piscinas naturales de las Cascadas de Kravice antes de volver a Split. Historias auténticas, sabores nuevos (prueba el baklava) y momentos que querrás revivir.
Lo primero que me llamó la atención al bajar del van en Mostar fue el olor: café, un poco de humo y algo dulce que no lograba identificar. Nuestra guía, Jasmina, nos hizo señas con una sonrisa y empezó a llevarnos por esas calles serpenteantes que parecían más antiguas que cualquier cosa en casa. Señaló agujeros de bala en algunas paredes (casi no los veo), y al doblar la esquina apareció: el Puente Viejo. Había visto fotos, pero al estar sobre él sientes lo alto que estás; los niños saltaban al agua por monedas mientras sus amigos animaban desde abajo. Es curioso cómo todos se quedan callados por un momento para mirar.
Después de las historias de Jasmina, tuvimos tiempo para pasear. El bazar es un bullicio: vendedores gritando en bosnio y turco, el tintinear del cobre, telas por todas partes. Probé un dulce llamado baklava (pegajoso y con nueces) y compré una bufanda a una señora mayor que me guiñó un ojo al darme el cambio. No dejaba de pensar en cómo el puente une dos partes del pueblo — cristiana y musulmana — pero en realidad parecía una sola gran mezcla de gente. Quizás esa sea la idea.
Más tarde fuimos a las Cascadas de Kravice. El aire se volvió más denso y verde al acercarnos; el sonido del agua llegaba antes que la vista. No había mucha gente (quizá suerte), así que nos quitamos los zapatos y nos metimos al agua. Las piedras estaban resbalosas y frías, pero después del calor de Mostar fue perfecto. Algunos nadaron hasta debajo de las cascadas, yo me quedé sentado en una roca viendo cómo el sol brillaba en el rocío. De regreso a Split seguía escuchando ese sonido: agua golpeando la piedra, risas que resonaban — no sé por qué se me quedó tan grabado.
La excursión dura todo el día, incluyendo el tiempo de traslado entre Split, Mostar y las Cascadas de Kravice.
Sí, un guía local licenciado y que habla inglés ofrece un tour de una hora por Mostar.
Tienes aproximadamente dos horas libres para explorar Mostar tras el tour guiado.
Sí, durante la visita puedes nadar o caminar por el agua en las cascadas.
No incluye almuerzo, pero tendrás tiempo libre en Mostar para comprar comida o snacks.
El tour incluye transporte ida y vuelta desde Split, pero no especifica recogida en hoteles; consulta al reservar.
Sí, debes llevar pasaporte válido ya que se cruza la frontera entre Croacia y Bosnia y Herzegovina.
Es apta para todos los niveles físicos y los bebés pueden ir en cochecito o carrito.
Tu día incluye transporte cómodo ida y vuelta desde Split con guía en inglés durante todo el trayecto; un tour a pie de una hora por Mostar con guía local licenciado; peajes incluidos; seguro; y mucho tiempo libre para recorrer el bazar de Mostar y relajarte en las Cascadas de Kravice antes de regresar por la tarde.
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