Camina por la selva húmeda de Sarapiquí de noche, guiado por locales que conocen cada sonido y sombra. Con linternas en mano, podrás ver ranas raras (quizá hasta el latido de una rana de cristal), escuchar los sonidos salvajes nocturnos y compartir risas bajo la lluvia inesperada. Es un recorrido lleno de barro, vida y emociones — sobre todo cuando te reflejas en los ojos brillantes de una rana.
¿Alguna vez te has preguntado cómo suena la selva después del atardecer? Yo no esperaba mucho antes de nuestra experiencia con las ranas en Sarapiquí — tal vez unos croares y hojas húmedas. Pero en cuanto encendimos las linternas y seguimos a nuestro guía (se llamaba Mario, un tipo muy paciente), fue como si todo el bosque despertara a nuestro alrededor. Hay un aroma denso y dulce en el aire — tierra mojada mezclada con algo casi picante. Se me quedó impregnado en la ropa más de lo que imaginaba.
Nos detuvimos junto a un estanque donde Mario nos mostró una rana de cristal — si mirabas con atención podías ver su pequeño corazón latir (él sostenía la luz justo para que no se nos escapara). Alguien del grupo susurró “wow” pero yo estaba demasiado concentrado en no resbalarme con las piedras cubiertas de musgo. También apareció la famosa rana de ojos rojos, sentada como si supiera que todos la estábamos buscando. La lluvia empezó a caer un rato y todos sacaron sus ponchos con torpeza — Mario solo se rió y dijo que a las ranas les gusta así.
Intenté decir “rana” en español y una niña local que nos acompañaba me corrigió con una sonrisa, riéndose de mi acento. En un momento solo se escuchaba un coro extraño de llamadas que venían de todas partes. Es difícil de explicar si no estás ahí; se sentía a la vez salvaje y tranquilo. Aprendimos por qué estos anfibios son clave para el ecosistema del río, y desde entonces miro los charcos con otros ojos. A veces todavía recuerdo ese latido bajo la piel transparente.
Sí, el tour es para todas las edades y niveles de condición física. Los niños pueden ir en cochecitos o carriolas.
Usa zapatos cerrados o botas de goma, lleva repelente de insectos, un poncho o paraguas, y si quieres mejores vistas, binoculares o cámara.
Sí, cada persona recibe una linterna para el recorrido.
Sí, es accesible para personas en silla de ruedas.
En la zona hay más de 35 especies de anfibios.
Sí, hay opciones de transporte público cerca.
No, no incluye comidas; solo el guía y las linternas.
No se recomienda para personas embarazadas o con problemas cardiovasculares.
Tu noche incluye guía local experto que conoce cada croar y sombra en la selva de Sarapiquí, además de tu propia linterna para iluminar el camino entre charcos y manantiales — solo recuerda llevar botas o zapatos cerrados para que puedas concentrarte en ver ranas y no en resbalar en el barro.
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