Camina por senderos de la selva con un guía local que realmente sabe dónde encontrar animales (¡perezosos, monos!), y termina nadando o tomando el sol en la famosa playa de arena blanca de Manuel Antonio. Incluye snacks y recogida en hotel para que no tengas que preocuparte por el transporte. Prepárate para risas, barro en los zapatos y quizá un animal que nunca habías visto.
Casi se me cae la botella de agua cuando nuestro guía José susurró, “Mira arriba — despacio.” Llevaba un buen rato entrecerrando los ojos, mirando los árboles de Manuel Antonio, medio convencido de que no vería más que hojas. Pero ahí estaba: un perezoso, acurrucado como una hamaca peluda. El aire olía dulce y a tierra mojada después de la lluvia de anoche, y se escuchaban esos cantos extraños de aves por todos lados — aunque no tenía ni idea de cuál era cuál. José solo sonrió y señaló un tucán después (yo me lo perdí, la verdad), pero no parecía importarle.
Seguimos el sendero con nuestro pequeño grupo — gente de Alemania, una pareja de luna de miel, yo empapado en sudor. Había monos capuchinos por todas partes, saltando entre las ramas o simplemente mirándonos como si nosotros fuéramos los que estuviéramos en exhibición. Alguien intentó abrir una barra de snacks y de inmediato tres monos lo miraban fijamente; José nos advirtió que son ladrones muy listos (y no bromeaba). La caminata no fue difícil, pero si no tienes cuidado te manchas los tobillos de barro. Me gustó que nadie nos apurara — parábamos cada vez que alguien veía algo interesante o quería preguntar por alguna planta. En un momento intenté preguntar por un árbol en español y lo dije fatal; José se rió y me enseñó la palabra otra vez (todavía no la pronuncio bien).
El sendero finalmente nos llevó a la playa de Manuel Antonio — honestamente, más blanca que cualquier arena que haya visto. Algunos se lanzaron directo al agua; otros se sentaron justo donde llegaron. Hacía calor, pero sin ser agobiante, con esa brisa salada que hace que todo se sienta más ligero después del aire pegajoso de la selva. Comimos fruta mientras mirábamos pequeños cangrejos correr entre nuestros dedos. Es curioso cómo todos se quedaron en silencio por un momento — quizá cansados o simplemente queriendo absorber todo.
Sí, la recogida y regreso al hotel están incluidos en el precio del tour.
Sí, pueden participar bebés y niños pequeños, y se permiten cochecitos.
Sí, los snacks están incluidos como parte de la experiencia del día.
El tour es accesible para sillas de ruedas y el transporte está adaptado para ellas.
El grupo suele ser de 2 a 15 personas por reserva.
Tu guía puede ser multilingüe; el inglés está disponible.
La caminata cubre senderos en la selva hasta la playa principal; la distancia varía pero es apta para la mayoría de niveles físicos.
No es necesario—los snacks están incluidos. Si tienes necesidades especiales (como dieta vegetariana), avísalo al reservar.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel para facilitar el acceso al Parque Manuel Antonio, caminatas guiadas por la selva con un guía local experto que habla varios idiomas si hace falta, y snacks durante el recorrido para que no pases hambre antes de relajarte en la famosa playa de arena blanca.
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