Vive la selva nocturna de Manuel Antonio con guías locales que conocen cada sonido y sombra. Prepárate para ver de cerca ranas, serpientes, tal vez perezosos o kinkajús (si la suerte está de tu lado), y sacar fotos a través del telescopio del guía. Incluye recogida en hotel y linternas; solo no olvides el efectivo para la entrada.
Apenas salimos de la van, el aire cambió—pegajoso, denso y lleno de sonidos extraños que no lograba identificar. Nuestro guía, Andrés, nos repartió linternas (la mía parpadeaba al principio, así que me la cambió sin decir palabra) y nos pidió hablar en voz baja. Lo primero que noté fue lo viva que se sentía la selva después del atardecer; parecía que todo el bosque esperaba a que nos fuéramos de día para empezar su verdadero espectáculo.
Confieso que me llevé un susto cuando algo crujió cerca de mis pies. “Solo un saltamontes,” sonrió Andrés, iluminando a una criatura más grande que mi pulgar. Tenía un don para encontrar cosas que yo jamás habría visto—ranitas diminutas aferradas a las hojas, una serpiente enrollada tan apretada en una rama que parecía parte del árbol. Nos dejó mirar por su telescopio y hasta nos ayudó a sacar fotos con el móvil (todavía presumo esa rana borrosa). Hubo un momento en que todos nos quedamos quietos porque creyó escuchar un kinkajú arriba—no lo vimos, pero la tensión hizo latir mi corazón a mil.
Los olores eran sobre todo tierra y hojas mojadas, a veces más fuertes cuando rozábamos ciertas plantas. De vez en cuando, el haz de una linterna atrapaba el brillo de ojos de alguna araña o tarántula—uno del grupo solo susurró “nope” y retrocedió rápido. No daba miedo, más bien era como entrar a un club secreto que solo se reúne de noche. Ah, y lleva efectivo para la entrada; una pareja se olvidó y tuvo que pedir prestado a otro viajero (incómodo pero divertido).
No esperaba sentirme tan pequeño ahí afuera—ni tan conectado. Aún ahora, si cierro los ojos, vuelvo a escuchar esos sonidos en capas de la selva. Si tienes curiosidad por lo que realmente pasa en Manuel Antonio de noche, esta es la experiencia más cercana sin convertirte en rana.
Sí, la recogida y regreso al hotel están incluidos en el precio del tour.
El recorrido dura aproximadamente 2 horas en total.
Podrás ver ranas, escorpiones, serpientes, lagartijas, tarántulas, saltamontes, arañas y a veces kinkajús, venados o perezosos.
Sí, la entrada cuesta $10 por persona y se paga solo en efectivo.
Sí, todos los participantes reciben linternas.
El guía te ayudará a sacar fotos a través de su telescopio usando tu smartphone.
El paseo es fácil y apto para la mayoría, pero no se recomienda para personas con lesiones de columna o problemas cardiovasculares.
Debes usar zapatos deportivos o similares y llevar una botella de agua reutilizable.
Tu noche incluye recogida y regreso al hotel (o estacionamiento gratis si vas por tu cuenta), agua embotellada (lleva tu propia botella), guía local experto con uso de telescopio para que saques fotos increíbles con tu móvil, linternas durante todo el recorrido y tiempo para preguntar o simplemente escuchar cómo respira la selva.
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