Te recogen en tu hotel para clases de surf en la playa de Manuel Antonio con un instructor bilingüe que hace que caerse sea divertido. Prepárate para muchos consejos (y risas), pausas con fruta tropical fresca bajo la sombra, y todo el equipo listo para ti. Puede que termines cansado y con arena, pero seguro sonriendo.
Alguien me saluda desde la furgoneta antes de que pueda ver mi nombre en el cartel — es Diego, nuestro instructor de surf, sonriendo como si ya supiera que estamos nerviosos. El camino hasta la playa de Manuel Antonio es corto, pero justo lo suficiente para que dude de mi equilibrio (y quizás de mi cordura). Al bajar, se siente un aroma salado y dulce — protector solar, arena mojada y algo frutal que aún no logro identificar.
Nos dan rash guards y tablas justo en la arena. Diego nos explica las medidas de seguridad en inglés y español (yo asiento, fingiendo entender todo), y luego nos enseña a ponernos de pie en la tabla. Mi primer intento fue más un chapuzón que otra cosa. Él se ríe, pero sin burla, más bien alentador, ¿sabes? Las olas se ven más grandes desde la tabla que desde la orilla. Tras varios caídas salpicando, logro mantenerme de pie dos segundos. Creo que hasta aplaudí en voz alta. La palabra clave aquí es “clases de surf manuel antonio playa” — porque eso es justo lo que te espera: olas reales, paciencia real.
A mitad de la clase, nos dejamos caer en sillas bajo unas sombrillas desgastadas. Alguien corta piña y sandía — tan jugosas que si no tienes cuidado, el jugo te corre por la muñeca. Sopla una brisa desde el mar y se escuchan niños gritando más abajo en la playa. Mis brazos están como gelatina, pero quiero intentarlo otra vez. Diego señala cómo los locales colocan sus tablas de forma distinta — “obsérvalos,” dice, “ellos crecieron aquí.”
No esperaba sentirme tan orgulloso por mantenerme de pie unos segundos en la tabla, ni reírme tanto de mis caídas. Cuando por fin recogemos todo (el sol ya pega más fuerte), mi cabello está lleno de sal y arena por todos lados — pero sonrío a Diego mientras nos deja en el hotel. Sigo pensando en esa ola que logré montar.
Sí, estas clases son una introducción ideal y aptas para todos los niveles físicos.
Sí, la recogida y el regreso al hotel están incluidos en la reserva.
Trae tu propia toalla y una botella de agua rellenable; los rash guards los proporcionan ellos.
Sí, los instructores hablan inglés y español.
Durante el descanso te ofrecen fruta tropical fresca y agua o agua de coco.
La playa está cerca; el traslado es en minivan con aire acondicionado.
Sí, todo el equipo necesario para surfear está incluido en la reserva.
Esta actividad no se recomienda para viajeros con lesiones en la columna vertebral.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en minivan con aire acondicionado, todo el equipo de surf y rash guards, guía bilingüe que mantiene un ambiente relajado, fruta tropical fresca con agua o agua de coco durante los descansos, y buena compañía antes de volver a tu hotel cansado pero feliz.
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