Remarás por rápidos clase II y III del Río Balsa con un guía local, pasarás por la selva donde monos y aves te acompañan, probarás fruta fresca en medio del río y compartirás un almuerzo costarricense con vistas al volcán. Risas, chapuzones y algún que otro momento de nervios, pero sobre todo pura diversión en buena compañía.
Ya estábamos medio puestos los cascos cuando José, nuestro guía, sonrió y preguntó si alguien había caído alguna vez al agua. Me reí —con un poco de nervios— porque el Río Balsa se veía juguetón pero con un toque salvaje bajo las nubes de la mañana. El viaje en van desde La Fortuna fue corto pero con baches, pasando por esa iglesia azul brillante y el parque tranquilo donde los viejos juegan ajedrez. Estuve mirando los árboles buscando perezosos, pero solo vi una iguana tomando el sol sobre una cerca. Supongo que estas cosas no se pueden forzar.
La primera salpicadura fue más fría de lo que esperaba —no helada, pero sí lo justo para despertarme. Los rápidos clase II y III nos sacudían, pero entre remar y gritar para sobrepasar el ruido del agua (y reír cuando mi amiga casi pierde el remo), parecía que llevábamos años haciéndolo. José gritaba “¡pura vida!” cada vez que pasábamos un rápido. En un momento señaló un mono aullador en la copa; su llamado era mucho más profundo de lo que imaginaba, casi como un trueno lejano.
También hubo tramos tranquilos donde flotamos y algunos se metieron a nadar. El río olía a tierra y a verde — difícil de explicar si no lo has vivido. Paramos en una orilla de grava para comer fruta fresca; piña tan dulce que me dolían los dientes. Más tarde, en el almuerzo (buffet arriba, con el Volcán Arenal asomando entre la neblina), alguien intentó decir “gracias” con la boca llena de plátano y casi se atraganta — todos nos reímos, hasta una de las cocineras que miraba desde la cocina.
Todavía recuerdo esa vista desde la ventana del restaurante: la lluvia empezando a golpear el vidrio, el vapor subiendo del arroz en mi plato. Si buscas rafting cerca de La Fortuna que sea divertido pero no aterrador (y con historias para contar), este es el indicado.
Sí, la recogida y regreso en La Fortuna están incluidos.
Los rápidos son clase II y III, perfectos para principiantes y familias.
Sí, después del rafting hay un almuerzo costarricense tipo buffet con productos orgánicos.
La edad mínima es 6 años y la máxima 70 años.
Podrás ver perezosos, iguanas, monos aulladores y aves tropicales a lo largo del río.
El trayecto es corto; pasarás por el centro de La Fortuna antes de llegar al río.
Sí, hay zonas tranquilas donde puedes meterte a nadar si quieres.
Sí, hay baños y vestuarios en la oficina antes de salir.
Tu día incluye recogida y regreso en hotel en La Fortuna, todo el equipo para rafting con guías locales expertos en rápidos clase II y III del Río Balsa, paradas para disfrutar fruta orgánica fresca, y un almuerzo costarricense tipo buffet en un restaurante con vista al Volcán Arenal antes de regresar.
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