Camina en silencio por una playa de Guanacaste de noche con un guía local, usando luces rojas especiales para ver tortugas verdes u Olive Ridleys anidando en la arena. Aprende sobre sus hábitos y, con suerte, podrás ver alguna rara tortuga laúd—una experiencia que llevarás contigo mucho después de dejar Costa Rica.
Lo primero que noté fue el silencio absoluto al bajar de la van — hasta los grillos parecían callar cuando nuestro grupo pisó la arena. Nuestra guía, Mariela, repartió botellas de agua y unas luces rojas especiales (las llamó “amigables con las tortugas”), y nos recordó no usar ni el celular ni linternas. El aire estaba denso, casi pegajoso, pero la verdad es que apenas lo sentí cuando empezamos a caminar hacia la orilla. Alguien susurró en español que la semana pasada vieron una tortuga laúd — traté de no ilusionarme demasiado.
Seguimos a Mariela por la playa en Guanacaste, con cuidado de no tropezar con ramas escondidas en la oscuridad. Ella señaló unas huellas tenues en la arena — “Tortuga Verde,” dijo, siguiendo con el dedo la marca. Me agaché y pude oler la mezcla de sal con un aroma terroso que venía de las dunas. De repente se detuvo y nos pidió silencio; justo adelante había una gran figura moviéndose lenta y con calma. Ver a esa tortuga cavar su nido a la luz de la luna fue algo muy íntimo — como si estuviéramos siendo testigos de algo milenario. La camiseta se me pegó a la espalda, pero no me importó.
Intenté susurrar “Olive Ridley” (Li se rió cuando traté de decirlo en español — seguro lo dije mal), y Mariela nos sonrió a los dos. Nos contó que estas tortugas llegan a la orilla sobre todo de octubre a mayo, siempre de noche para evitar a los depredadores. Esa noche vimos dos más, una ya poniendo huevos y otra cubriendo el nido con sus fuertes aletas traseras. No hubo crías esta vez — tal vez la próxima temporada — pero, sinceramente, solo estar ahí ya valió la pena.
De regreso, no dejaba de pensar en lo cuidadosos que fuimos para no molestar nada — sin luces brillantes ni movimientos bruscos. Es curioso cómo uno se siente tan pequeño viendo a estas criaturas hacer lo que han hecho por siglos. Aún ahora, semanas después, recuerdo ese silencio en la playa y la sensación de estar bajo un cielo lleno de estrellas.
Podrás ver tortugas verdes (también llamadas tortugas negras), Olive Ridley y, en ocasiones, tortugas laúd durante la temporada de anidación.
La temporada alta es principalmente de octubre a mayo, cuando la mayoría de las tortugas llegan de noche para anidar.
El tour incluye transporte en vehículo con aire acondicionado desde tu ubicación en Guanacaste.
Sí, un guía naturalista bilingüe acompaña el tour y explica todo sobre el comportamiento de anidación.
No se permiten linternas ni fotos con flash para no confundir ni molestar a las tortugas; los guías proporcionan luces infrarrojas especiales.
Sí, es apto para todos los niveles, ya que la caminata es suave y a paso tranquilo por la playa.
Tu noche incluye transporte en vehículo con aire acondicionado desde tu ubicación en Guanacaste, agua embotellada para todo el grupo y la guía de un naturalista bilingüe que ofrece luces infrarrojas especiales para observar la anidación sin molestar a las tortugas.
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