Recorre en buggy las montañas salvajes de Guanacaste con un guía local, visita el santuario de perezosos más grande de Costa Rica para conocer animales rescatados y refréscate en tres playas únicas. Prepárate para zapatos embarrados, risas y momentos de asombro que no olvidarás.
No esperaba que lo primero que notara fuera el polvo — se mete por todos lados, hasta en los dientes si sonríes mucho (y yo sonreí bastante). Nuestro guía, Diego, nos pasó unas bandanas con una sonrisa y dijo: “Confíen, esto les va a servir.” Tenía razón. Al principio el buggy parecía un juguete, pero cuando entramos en los senderos de montaña detrás de Playa Matapalo, de repente agarré el volante con fuerza. Hay algo especial en saltar sobre los baches con el viento lleno de aromas verdes — hojas mojadas, tierra después de la lluvia de anoche — que te hace sentir como niño otra vez.
La parada en el santuario fue más tranquila de lo que esperaba. No estaba en silencio — se escuchaban loros peleando en las ramas y un perezoso parpadeando despacio en un árbol, como si acabara de despertar de un sueño. El equipo conoce a cada animal por su nombre. Una mujer (creo que se llamaba Mariela) nos contó cómo rescataron a un ocelote el mes pasado — me mostró su lugar favorito bajo la sombra. Intenté sacar una foto a un tucán, pero seguía saltando y al final mejor me quedé observándolo un rato. Hay algo muy relajante en ver a los animales tan cerca, sin vidrio de por medio.
Después volvimos a subir a los buggies — con los zapatos aún embarrados de los caminos del santuario — y Diego nos llevó a tres playas diferentes. Cada una tenía su propio ambiente: una llena de familias, otra casi vacía salvo por unos pescadores arreglando redes. Nadamos en la última parada; el agua salada se siente diferente después de sudar todo el día en las montañas. De regreso, Diego señaló unos monos salvajes en los árboles y bromeó que manejan mejor que muchos turistas (quizá tenga razón). Todavía tengo los brazos cansados de manejar, pero la verdad es que lo haría otra vez mañana sin pensarlo.
Sí, el tour incluye recogida y regreso al hotel dentro de tu reserva.
No, no se requiere experiencia previa; es apto para todos los niveles.
El tour guiado en buggy dura alrededor de cuatro horas, incluyendo las paradas.
Sí, los niños pueden participar si van acompañados por un adulto; los bebés pueden ir en coche o carriola.
Sí, el transporte y todas las áreas del santuario son accesibles para sillas de ruedas.
Podrás ver perezosos (de dos y tres dedos), monos, jaguares, tucanes, pumas, cocodrilos, serpientes, gatos monteses, mariposas, loros y más.
No incluye comidas; se proporciona agua embotellada pero no alimentos para bebés.
Sí, se hacen paradas en tres playas donde puedes nadar o relajarte.
Tu día incluye transporte de ida y vuelta desde tu alojamiento en Guanacaste, agua embotellada durante toda la aventura, entrada al santuario de animales más grande de Costa Rica con guías expertos que cuentan historias de cada rescate, y tiempo para nadar o descansar en tres playas diferentes antes de regresar.
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