Vuela por las copas del bosque seco de Guanacaste con un guía local, viendo monos y coatíes en el camino. Disfruta fruta fresca bajo árboles centenarios tras la aventura. Con transporte desde Tamarindo o playas cercanas, esta excursión te deja con esa sensación de libertad que solo Costa Rica ofrece.
Ya estábamos recorriendo el camino de tierra fuera de Tamarindo cuando me di cuenta de lo inmenso que es el bosque seco aquí en Guanacaste — solo pasto dorado hasta donde alcanza la vista y esos árboles enormes que parecen sostener el cielo. Luis, nuestro conductor, señaló un grupo de vacas bajo la sombra y contó que su tío trabajó en esta misma tierra. La finca lleva en la familia desde 1930, y eso hizo que todo se sintiera menos turístico y más como si nos hubieran dejado entrar a un secreto personal.
El circuito de tirolesas es una locura — nueve cables, algunos tan altos que se me revolvió el estómago al mirar hacia abajo (quizás no debí hacerlo). La primera plataforma estaba caliente por el sol, y nuestra guía María me pasó un casco que aún olía a mango (se rió cuando lo noté — alguien acababa de terminar su snack). Al lanzarte, hay un instante en que solo escuchas el viento y los pájaros. Vimos monos aulladores descansando en las ramas abajo; María los llamó en español pero no alcancé a oír porque estaba concentrado en no gritar. También vimos coatíes — destellos de colas blancas moviéndose entre la maleza.
Después de la última tirolesa, nos sentamos bajo un árbol con rodajas de piña y sandía. La fruta sabía más fría de lo que esperaba, tal vez por el calor o porque aún estaba emocionado por la aventura. Alguien preguntó por la vieja casa en la colina y Luis nos contó historias sobre Eusebio Arrieta López, el fundador del lugar — se notaba orgulloso, pero también un poco tímido. Es curioso cómo empiezas a sentirte en casa cuando te comparten esos detalles.
El tour dura unas tres horas en total, incluyendo el transporte desde y hacia Tamarindo o playas cercanas.
Sí, el servicio de recogida y regreso está incluido desde Tamarindo, Playa Grande, Flamingo o Potrero.
Recomendamos llevar bloqueador solar, repelente, ropa cómoda y zapatos cerrados.
Sí, los guías son bilingües durante toda la experiencia.
Al terminar el circuito te darán fruta fresca y agua.
La actividad es apta para todos los niveles físicos, pero no se recomienda para embarazadas ni personas con lesiones en la columna.
El circuito está en una finca familiar cerca de Tamarindo, en la provincia de Guanacaste.
Tu día incluye recogida en tu hotel en Tamarindo o playas cercanas, todo el transporte a la finca familiar, guías locales bilingües que garantizan seguridad y cuentan historias en el camino, además de fruta fresca y agua después de las tirolesas antes de regresar.
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