Camina las playas salvajes de Costa Rica de noche con un guía naturalista experto en busca de tortugas anidando — quizá laúd o golfina — mientras aprendes sus secretos a la luz de la luna. Incluye traslado desde Tamarindo, agua embotellada y linternas para que disfrutes cada momento en silencio y lo recuerdes siempre.
No esperaba sentir nervios solo por pisar la arena, pero algo en llegar a ese tramo vacío al norte de Tamarindo después del atardecer — ya sabes, cuando todo huele a sal y tierra mojada — me dejó en silencio. Nuestro guía, Carlos, repartió pequeñas linternas rojas (nada de luz blanca) y sonrió al decirnos que podríamos ver tortugas laúd o tal vez golfina. Dijo que todo depende del humor del mar. Me gustó esa idea.
El viaje desde Tamarindo duró unos 40 minutos, tiempo suficiente para que Carlos nos contara sobre los hábitos de anidación de las tortugas y por qué algunas playas son sus favoritas. Hubo un momento en que se detuvo en medio de una frase para señalar un pequeño movimiento en la arena — no era una tortuga aún, solo un cangrejo corriendo de lado, pero nos hizo reír a todos. Es curioso cómo empiezas a notar cada sonido: las olas suaves, ranas lejanas, el crujir de conchas bajo los zapatos de alguien.
Esperamos casi en oscuridad mientras Carlos escaneaba la playa. Cuando finalmente nos hizo señas (en voz baja — no paraba de susurrar “despacio”), vi la curva de un caparazón bajo la luz de la luna. Nunca había visto una tortuga laúd tan de cerca; su espalda parecía casi prehistórica. Obvio, no se podía tocar — Carlos fue muy estricto con eso — pero estar tan cerca se sentía extrañamente íntimo. Intenté sacar una foto sin flash y solo salió una sombra borrosa, pero la verdad no me importa. A veces hay que guardar recuerdos en la mente, no pruebas.
Sigo pensando en ese regreso silencioso a la van, todos susurrando como si acabáramos de salir de una iglesia o algo así. El aire olía otra vez a pasto tibio y sal. Creo que lo que más me sorprendió fue lo pequeño que me sentí junto a esas criaturas viejas haciendo lo suyo bajo las estrellas — y lo mucho que quería que siguieran regresando.
El tour dura varias horas, incluyendo unos 40 minutos de ida y vuelta en auto desde Tamarindo hasta la playa.
Dependiendo de las condiciones, puedes ver tortugas laúd, verdes o golfinas.
Sí, el traslado desde tu hotel o punto designado en Tamarindo está incluido.
Puedes tomar fotos, pero solo sin flash para no molestar a las tortugas.
No, no se permite tocar a las tortugas; los visitantes deben seguir todas las indicaciones del guía.
Este tour no es recomendable para bebés ni para personas con lesiones en la columna, problemas cardíacos o baja condición física.
Se proporciona agua embotellada y linternas; usa calzado cómodo y lleva repelente de insectos si crees necesario.
Tu noche incluye traslado desde Tamarindo en vehículo con aire acondicionado, agua embotellada para tu comodidad mientras esperas en la arena y linternas con filtro rojo para que puedas ver las tortugas sin molestarlas, regresando después de medianoche.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?