Sentirás cómo se acelera tu corazón bajando cinco cascadas cerca del Volcán Arenal, con guías que conocen cada truco y cada risa nerviosa. Camina por cañones de río, vuela en tirolinas entre árboles y termina con un almuerzo típico costarricense que sabe mejor después de tanta adrenalina. Es divertido, desordenado y te sorprenderás a ti mismo.
No pensé que me pondría nervioso hasta que estuve parado al borde de la primera cascada. Había oído hablar del canyoning cerca del Volcán Arenal, pero es otra cosa cuando estás asegurado, con la bruma de la lluvia en la cara, y el guía (creo que se llamaba Andrés) sonríe y dice “Solo déjate caer hacia atrás”. El ruido del agua es más fuerte de lo que imaginas, casi ahoga tus pensamientos por un momento. Mis manos temblaban un poco en la cuerda. Supongo que es normal, ¿no? La primera bajada fue como de 20 metros pero se sintió mucho más larga. Cuando mis pies tocaron el agua, empecé a reír sin razón.
En total hicimos cinco rápeles, algunos justo bajo cascadas que te empapan (mis zapatos estuvieron chorreando todo el día), y otros más como deslizarse por paredes de roca cubiertas de musgo. Hay uno a mitad de camino donde todos nos quedamos en silencio antes de lanzarnos; hasta el guía hizo una pausa para asegurarse de que estábamos bien. Él cambiaba entre español e inglés para que nadie se perdiera ningún detalle. El gran final es un descenso de 60 metros con agua por todos lados—no recuerdo ni qué grité bajando, pero seguro no fue bonito.
Entre cada rápel caminábamos un poco por el lecho del río—agua fresca alrededor de los tobillos, pájaros haciendo sonidos raros arriba, hojas pegándose a tus brazos. También cruzamos dos tirolinas sobre el cañón (casi pierdo el casco de la risa por el grito de mi amigo). El almuerzo fue un casado—arroz, frijoles, pollo—ese tipo de comida que sabe aún mejor después de haber estado subiendo cuerdas toda la mañana. Todavía recuerdo lo fría que estaba la primera poza… pero en el buen sentido.
El tour incluye 5 rápeles, tres de ellos directamente bajo cascadas.
Sí, al final del tour se ofrece un almuerzo tradicional costarricense.
Sí, durante el tour hay 2 tirolinas rodeadas de selva.
El último rápel es de 60 metros de altura.
Sí, los guías bilingües hablan tanto inglés como español.
Se incluye todo el equipo necesario: casco, arnés, guantes, mosquetón y dispositivo de ocho.
Los guías son pacientes y hay un rápel guiado a mitad de camino para quienes tienen menos experiencia; se requiere condición física moderada.
No se menciona transporte desde el hotel; consulta con el operador para más detalles.
Tu día incluye todo el equipo de seguridad—casco, arnés, guantes—y la guía de expertos bilingües mientras haces cinco rápeles (tres bajo cascadas), dos tirolinas en la selva, caminatas por el río con pozas cristalinas para saltar o refrescarte, y un almuerzo costarricense contundente para cerrar la aventura con zapatos mojados y nuevas historias.
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