Engánchate y vuela sobre la catarata de La Fortuna en 12 tirolesas, rodeado de vistas al volcán Arenal y Cerro Chato. Guías locales expertos en aves, una breve caminata por el bosque antes del primer salto, transporte desde tu hotel en La Fortuna incluido, y esa sensación salvaje al mirar abajo y darte cuenta que lo estás logrando.
“¿Listo para esto?” nos preguntó Andrés, nuestro guía, con una sonrisa mientras nos enganchábamos en la primera plataforma. Se escuchaba el rugido de la catarata abajo, mezclado con cantos de pájaros que no podía identificar. La caminata desde la van fue corta, pero mis piernas temblaban un poco, tal vez por los nervios o por el gallo pinto del desayuno. En el aire flotaba un aroma dulce y terroso, como hojas mojadas y algo floral que no lograba reconocer. Andrés revisó nuestros arneses dos veces y me dijo que no me preocupara por las manos sudorosas, que a todos les pasa antes de la primera tirolesa.
La primera tirolesa ni siquiera era la más alta, pero vaya que se siente diferente. El viento golpeando la cara, los árboles pasando tan rápido que no puedes fijarte en ninguna hoja. Y de repente, estás suspendido sobre un espacio abierto — justo encima de la catarata de La Fortuna. El ruido es fuerte y el blanco del agua resalta entre tanto verde. Quise gritar algo, pero el viento (y mis nervios) se lo llevaron. La palabra clave aquí es adrenalina — esta aventura en Arenal no tiene nada que ver con las tirolesas pequeñas de los parques de casa.
Entre cable y cable, esperábamos en plataformas de madera construidas en árboles robustos. Un tipo delante de nosotros no paraba de hacer sonidos de mono (no molestos), y Andrés solo puso los ojos en blanco y empezó a señalar pájaros — ¿motmots? — y una mariposa azul pequeñita que se posó un segundo en su guante. Todo duró unas tres horas, pero sin prisa; hubo tiempo para admirar el volcán Arenal cuando las nubes se apartaron un momento. En algún punto, el miedo se transformó en una sensación extraña de emoción — como que quería repetir todo apenas termináramos la última tirolesa.
Al final, ya en la van con los cascos todavía medio torcidos, alguien pasó rodajas de piña de una bolsa de plástico (manos pegajosas por todos lados). Mis brazos temblaban un poco, pero ya no de miedo. No dejo de pensar en ese instante suspendido sobre el cañón, con solo verde debajo — ¿sabes cuando algo se te queda grabado para siempre?
La experiencia completa dura alrededor de medio día, incluyendo transporte y las 12 tirolesas.
Sí, el transporte ida y vuelta está incluido si te alojas en La Fortuna.
La edad mínima es 7 años, y los niños deben ir acompañados por un adulto.
Se recomienda tener una condición física moderada porque hay una caminata corta y algunas plataformas que subir.
El peso máximo es 110 kilos; los arneses admiten hasta 65 cm de ancho en piernas y 110 cm en caderas.
Sí, una de las tirolesas cruza justo encima de la catarata, es uno de los momentos más impresionantes del tour.
No incluye almuerzo, pero suelen ofrecer snacks al terminar todas las tirolesas.
Sí, guías locales con experiencia acompañan a cada grupo y se encargan de la seguridad en todo momento.
Tu día incluye transporte ida y vuelta desde tu hotel en La Fortuna, todo el equipo como casco y arnés ajustados por guías profesionales que te acompañan en cada tirolesa, además de mucho ánimo en cada parada antes de regresar juntos al pueblo.
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