Si quieres ver el Cañón de Chicamocha desde un ángulo que pocos conocen, esta excursión en parapente es perfecta. Volarás en tándem con un piloto experto y experimentarás una libertad única—además de capturar fotos impresionantes.
Justo antes del despegue, sentí la cálida brisa que subía desde el cañón. El equipo en tierra revisó mi arnés, y mi piloto—Andrés, que lleva años volando aquí—me dio un rápido asentimiento. Corrimos unos pasos y de repente, el suelo desapareció bajo nosotros. Hay un silencio extraño allá arriba, solo el viento en tus oídos y el lejano sonido de un cencerro de cabra desde algún lugar abajo. El Cañón de Chicamocha se abre bajo tus pies—capas de verde y marrón, con el río serpenteando en el fondo.
Empezamos a unos 1,550 metros sobre el nivel del mar, pero al atrapar una térmica, vi el altímetro pasar los 2,000 metros. No es solo la vista—es la sensación de flotar, viendo pequeños buses que serpentean por la carretera y granjas diminutas escondidas en las laderas. Andrés señaló un halcón que giraba cerca; al parecer, ellos aprovechan las mismas corrientes de aire que nosotros. Todo el vuelo duró unos 20 minutos, pero se sintió más largo—el tiempo parece estirarse cuando estás allá arriba.
Sí, volarás con un piloto certificado y todo el equipo se revisa antes de cada vuelo. La seguridad es siempre la prioridad número uno.
No necesitas experiencia. El piloto se encarga de todo—solo debes seguir instrucciones sencillas durante el despegue y el aterrizaje.
Lo mejor es ropa cómoda y zapatos cerrados. Puede hacer algo de viento allá arriba, así que una chaqueta ligera es recomendable.
Por supuesto. El lugar y el equipo están adaptados para accesibilidad en silla de ruedas, y el personal te asistirá cuando sea necesario.
Tu vuelo en tándem incluye todo el equipo de parapente—casco, arnés y radio—además de la guía de un piloto local experimentado. La zona de despegue es accesible para silla de ruedas y todos son bienvenidos a vivir esta aventura.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?