Escapa del centro turístico de Medellín y pedalea por barrios llenos de vida donde la gente se reúne en parques y plazas. Prueba buñuelos y arepas frescas de panaderías familiares, ríe con tu guía y disfruta historias que no verás en blogs de viaje. Sabores auténticos y quizá un poco de azúcar en tu camisa.
Lo primero que recuerdo es el sonido: menos bocinas, más pájaros y risas lejanas. Acabábamos de salir de la zona más movida de Medellín en nuestras e-bikes cuando nuestro guía, Andrés, bajó la marcha para señalar a un grupo de señores jugando cartas bajo un árbol enorme. Era como si hubiéramos entrado sin querer en la tarde de otra persona. El aire olía a algo dulce y frito: eran buñuelos recién hechos en una panadería cercana. Probé uno; caliente, crujiente por fuera y suave por dentro. La verdad, podría haberme comido tres, pero no quería parecer glotón.
Luego pedaleamos por Laureles—Andrés nos contó sobre un monumento que une historias de varios países americanos. Seguro me perdí la mitad porque estaba distraído con los colores: murales desgastados, ropa colorida ondeando en los balcones. Se rió cuando intenté pronunciar “arepa con quesito” (definitivamente no lo logré). De todas formas, paramos a probar una. Estaba tibia, salada y reconfortante, como algo que anhelas después de un día largo.
En el barrio Conquistadores pasamos por un montón de parques pequeños, todos conectados sin cruzar calles—un lugar tranquilo, casi demasiado pacífico para una ciudad. Había niños persiguiéndose y alguien vendiendo mango con limón. Todo el recorrido fue como echar un vistazo detrás del telón de la vida diaria en Medellín. Nunca tuvimos prisa; a veces nos sentábamos en un banco o apoyábamos las bicicletas en una pared mientras Andrés charlaba con conocidos.
Todavía pienso en esa primera mordida de arepa y en cómo todos parecían conocerse en esos barrios. Si quieres ver Medellín más allá de lo que dice la guía—o simplemente buscas una excusa para recorrerla comiendo sobre dos ruedas—este tour en e-bike vale mucho la pena. Eso sí, no uses ropa blanca si eres de los que se ensucian con el queso.
Se requiere un nivel intermedio de ciclismo; no es recomendable para principiantes totales.
Sí, en todas las paradas se ofrecen muestras de comida.
El recorrido pasa por el complejo deportivo Belén, Laureles, Conquistadores y zonas cercanas a El Poblado.
No se menciona recogida en hotel; hay opciones de transporte público cerca.
Lleva tu propia botella de agua; casco, poncho, seguro y bicicletas están incluidos.
La edad mínima es 12 años y se recomienda una estatura mínima de 1.50 m (4'9").
El guía puede ser bilingüe (inglés y español).
No se recomienda para embarazadas ni personas con problemas de columna o cardiovasculares.
Tu día incluye el uso de una bicicleta eléctrica con casco y seguro, poncho para lluvia si hace falta, generosas muestras de comida en cada parada (como arepas y buñuelos frescos), además de agua; solo necesitas llevar tu botella para rellenar durante el recorrido.
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