Si quieres conocer un Medellín diferente, este tour de arte callejero es para ti. Conocerás gente local, descubrirás las historias detrás de los murales y sentirás el pulso de barrios que la mayoría de turistas no visita.
Lo primero que me impactó fue el color: cada pared parecía contar una historia diferente. Nuestro guía, Camilo, nos esperaba justo afuera del hotel con una sonrisa amable y algunos consejos sobre qué detalles no perderse. El trayecto en la van fue corto pero animado; se escuchaban ritmos de reguetón escapando por las ventanas mientras cruzábamos El Poblado rumbo a nuestra primera parada cerca del Parque Lleras. Vi a los vendedores preparando sus carritos con mango fresco y tinitos de café tinto, ese que huele casi a quemado pero que aquí es perfecto para arrancar el día.
Bajamos en la Comuna 13, donde el aire se sentía más fresco gracias a la sombra de tantos murales. Camilo señaló una obra de Chota13—dijo que es de las más fotografiadas en Medellín—y explicó que estos graffitis no son solo arte, sino parte viva de la historia de la ciudad. En una esquina, una mujer vendía empanadas en una cesta forrada con periódico; tomé una mientras escuchaba a Camilo contar cómo el graffiti ayudó a transformar este barrio. Ten lista tu cámara: los colores brillan aún más cuando el sol los ilumina a media mañana.
Más tarde, caminamos por callejones estrechos donde aún se siente el olor a pintura fresca si te acercas. Niños jugaban fútbol contra muros llenos de animales salvajes y rostros que no reconocía pero que me llamaban la atención. El tour terminó cerca del Parque Lleras, donde la gente ya se reunía para almorzar en cafés pequeños como Pergamino o Alambique. Para entonces, mi teléfono estaba lleno de fotos y mis zapatos tenían un poco de polvo rojo de las aceras, un pequeño recuerdo de todo lo vivido.
¡Claro! La ruta es fácil de caminar y accesible para cochecitos o sillas de ruedas. Todas las edades son bienvenidas, solo lleva zapatos cómodos y quizá una chaqueta ligera.
No te preocupes, el guía habla inglés y español con fluidez, así que no te perderás ningún detalle ni historia durante el recorrido.
Por supuesto. Hay varias paradas para que captures fotos en cada mural, e incluso podrás charlar con algunos artistas locales si están por ahí.
Tu reserva incluye recogida y regreso al hotel en una van o minivan con aire acondicionado, todos los pasajes de transporte público si se necesitan, y un guía bilingüe que conoce cada atajo y historia que vale la pena escuchar. La ruta es accesible para sillas de ruedas y las familias con niños pueden llevar cochecitos sin problema.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?