Recorre en ATV desde Medellín las verdes montañas de Antioquia con un guía local que conoce todos los atajos y relatos. Para en una cascada tranquila, visita una finca lechera (sí, con vacas) y disfruta empanadas con aguapanela en el almuerzo. Más que velocidad, es una conexión que te hará sentir renovado.
“¿Alguna vez has ordeñado una vaca?” Así rompió el hielo nuestro guía, Diego, mientras estábamos frente a un pequeño establo en Guarne. Me reí y negué con la cabeza — bueno, salvo aquella vez en el campamento de verano. Él sonrió y me pasó una taza de lata algo golpeada. El aire allá afuera olía a pasto y a un leve humo de leña, nada que ver con el ruido de la ciudad de Medellín. Hasta las vacas nos miraban como si supieran que estábamos fuera de lugar.
El camino desde Medellín fue rápido pero intenso — la ciudad quedó atrás y apareció un paisaje verde con fincas cafeteras. Nos subimos a unos robustos ATV Honda (yo nunca había manejado uno, pero Diego lo hizo parecer menos complicado de lo que imaginaba). El sendero empezó embarrado, con las ruedas levantando ese olor a tierra mojada por la lluvia de la noche anterior. Mis manos se enfriaron al agarrar el manubrio, pero luego el sol salió fuerte y claro sobre las colinas. Paramos en una cascada — no muy grande, pero un rincón tranquilo donde solo se escuchaba el agua golpeando las piedras. No esperaba sentirme tan lejos de todo tan rápido.
El almuerzo fue empanadas con aguapanela, un dulce jugo de caña, comidos sentados en un tronco mientras Diego nos contaba sobre su infancia en Antioquia. Señaló aves que nunca había visto — destellos de color entre los árboles — y trató de enseñarnos algo de jerga local. Li se rió cuando intenté decir “parcero” bien; seguro lo arruiné. Tenía barro en las botas y migas por todos lados, pero sinceramente, ese snack supo mejor que muchos platos elegantes de casa.
De regreso, no dejaba de pensar en lo rápido que se iban las preocupaciones de la ciudad aquí — solo el sonido del motor, el viento en la cara, alguien local mostrándote sus lugares favoritos sin complicaciones. No fue perfecto (mi cabello quedó fatal bajo el casco), pero se sintió auténtico, algo que se queda contigo mucho después de limpiar el barro.
La experiencia es de un día completo, con recogida en Medellín y varias paradas antes de regresar.
Sí, el transporte privado con recogida en tu hotel en Medellín está incluido.
Se utilizan ATVs 4x4 automáticos Yamaha y Honda en excelente estado.
La actividad incluye almuerzo o cena según la hora de salida, con snacks típicos como empanadas.
Se da una charla de seguridad antes de manejar; no se necesita experiencia previa, pero sí buena condición física.
Te proporcionan casco, pechera y botas de pantano; usa ropa cómoda que pueda ensuciarse.
No se recomienda para embarazadas ni personas con problemas de columna o cardiovasculares.
Sí, se hace una parada en una finca lechera donde puedes conocer y acercarte a las vacas.
Tu día incluye recogida en hotel en Medellín, transporte privado al campo de Antioquia, seguro médico por accidentes para tu tranquilidad, uso de ATVs 4x4 Yamaha o Honda con todo el equipo de seguridad (casco, pechera, botas de pantano), fotos y videos durante el recorrido para que no te preocupes por tu teléfono, una caminata ecológica a una cascada donde puedes relajarte o tomar fotos, además de almuerzo o cena según la hora — generalmente empanadas caseras con bebidas tradicionales para compartir al aire libre antes de regresar a la ciudad.
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